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Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Remplaza el miedo por el respeto y la precaución.
A menudo, la vida, nos pone en situaciones difíciles, en las que hay que tomar una decisión que puede marcar el rumbo de nuestra vida, o quizás no, tan solo una situación comprometida en la que parece que necesitamos la aprobación ajena.
Hay gente que le planta cara a ese tipo de situaciones, no importa si acertadamente o no, hay otras en cambio que sencillamente las evitan, huyen de toda situación conflictiva esperando que «las aguas se calmen», pero eso nunca sucederá.
Tampoco sirve de nada esconder la cabeza y no ver qué es lo que realmente está pasando, como tampoco es válido crearse una visión particular de la realidad y creer a pie juntillas que esa visión es la realidad en sí misma.
Las «masas de gente que temen actuar» suelen echar la culpa a los demás por sus propios errores y buscar soluciones allá donde les conviene, generalmente lejos de uno mismo, que sea otro quien tome las decisiones y, de esta forma aplazar «sine die» la propia decisión, alejar el fantasma de la responsabilidad de propios actos.
Otros actúan al revés, llevados por sus propias ideas y convicciones particulares, toman una decisión sin pararse a pensar si es la correcta para este caso en concreto, son irreflexivos y creen en su propia audacia. Cuando los planes salen mal, nunca es por haber dado un paso en falso, sino por la fatalidad del destino o alguna fuerza o motivo oculto.
No sirve de nada permanecer ciegos a la realidad, como tampoco es útil huir de ella. Somos quienes somos y cada circunstancia requiere una acción concreta. Los héroes que se lanzan a la batalla sin tomar precauciones, suelen fallar y, con eso no cumplen su objetivo, se necesita algo más que una acción desesperada tomada bajo las apariencias o nuestro particular punto de vista. Se necesita claridad mental para saber qué solución concreta puede aplicarse a una realidad concreta.
La vida, en sí misma, es peligrosa, cada dia nos muestra su crueldad, bien de una manera o bien de otra, ¿como actuar? No es nada fácil, pero se trata de vivir la vida, sin miedo a las consecuencias. Para ello, solo hay que tomar la determinación correcta y, para ello, analizar, ver, escuchar cada matiz y sutileza de cada situación… y resolverla con coraje.
Para ello se necesitan algo más que unas técnicas, tácticas y estrategias, se necesita algo más que empaparse de nombres y teorías. Se necesita abrir la mente para poder percibir correctamente la realidad y poder actuar de acuerdo a esa realidad.
Se cometen errores, cierto, de esos errores se producen consecuencias. Es inútil agachar la cabeza y repetirse a uno mismo mil y un vez que «los otros le engañaron», es totalmente inútil refugiarse en nuestro orgullo y vanidad para no afrontar el simple hecho de que hemos cometido un error.
No hay lugar para el error en la vida del Budoka, puesto que es consciente de que solo tiene una vida y, por tanto, no hay segundas oportunidades, solo hay una manera de obrar: aquella que nace de la razón. Con todas las precauciones, con todos los pasos meditados y calculados, pero sin un paso atrás. Decididamente, sabiendo (que no creyendo) que la acción es la mejor de las posibles y, ante eso, no puede existir el miedo, solo el coraje, el valor de haber tomado la decisión correcta.
En nuestros días, los psicólogos, llaman a eso «afrontamiento». Afrontar los problemas de cara, sin miedo, pero no para excusarse, todos tenemos algún tipo de excusa, sino para actuar y resolverlos en el modo y manera más adecuado.
Como Budoka, lo único que tenemos que saber es «qué es lo que queremos», conocernos a nosotros mismos y enfrentarnos a nuestras dudas y miedos con valentía y coraje, sabiendo que si vencemos a nuestro enemigo más poderoso (nosotros mismos) entonces nos convertiremos en personajes de leyenda, invencibles…
Las adversidades diarias, no son más que pruebas, exámenes que nos inducen a superarnos a nosotros mismos, si huimos de ellas… no habrá lugar en el mundo en el que escondernos o refugiarnos.
El Código Bushido
Nociones sobre el código del Samurái
Seishin kai