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A menudo en Karate la gente comienza con buenas intenciones, con la mejor de las intenciones de hecho, pero no es siempre así como resultan las cosas. Aún así, el Karate no es nada si no es un desafío para tu mente al igual que para tu cuerpo. Aprender una técnica, o un kata, revela dificultades de las que nunca te percatas al principio, sólo para descubrirlas cuando te aplicas en el aprendizaje. Algunas personas se rinden pronto y nunca aprenden, mientras que, por otro lado, otros perseveran y terminan con algo de valor como resultado de sus esfuerzos.
“¡No te rindas!” es algo que escuchas continuamente en Karate; pero también advierto a aquellos que entrenan en elShinseidokan: “¡No te pierdas!“. Es fácil encontrar personas que no se han rendido, pero que están, no obstante, claramente perdidas. Algunos, aquellos con habilidades físicas pobres, simplemente necesitan un empujoncito para volver a la dirección correcta; pero a las personas que están perdidas en su propio sentido de inteligencia y engreimiento les resulta más difícil. No van a aceptar ningún consejo de nadie si no apoya su propia visión, profundamente arraigada, de lo buenos que ya son. Así, continúan enseñando técnicas de lucha de las que no tienen ninguna experiencia en su uso, y continúan enseñando una filosofía de vivir según la cual tampoco tienen experiencia alguna, reuniendo a su alrededor a personas que están destinadas a estar tan perdidas como su instructor.
Sea cual sea tu manera de moverte por la vida, recuerda esto: el equilibrio y la armonía que consigues entre pensamiento y acción es el distintivo de un auténtico karateka. Si hoy estuviera empezando mi entrenamiento de Karatede nuevo, la última persona a la que acudiría es al tipo que hace publicidad de lo bueno que es peleando, si no pudiera ver las cicatrices en su cara de todas las peleas en las que se ha visto implicado y ha ganado. O al tipo que se hace pasar por sensei, si no he podido ser testigo de su dignidad y buen carácter en acción en su trato conmigo y con otros.
Si no tienes experiencia en pelea real, o en encontrar el coraje para vivir según tus propias convicciones, al menos guarda tus imaginaciones para ti, y deja a aquellos que desean encontrar algo de valor en su entrenamiento un mundo menos desordenado en el que puedan hacerlo.
Fuente:
“Thoughts and Actions”
Traducción al castellano: Juan Luis Cadenas de Llano Bajo [Con la autorización de Michael Clarke]
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