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Muchos instructores de Karate, estar al frente de la clase es el único lugar en toda su vida donde obtienen algo de respeto… ¡Incluso si viene de una clase de niños de 7 y 8 años! Así que, cuando se asienta la desilusión con el Karate, es un recordatorio de que tu comprensión del Karate todavía no ha madurado. Nadie, por ejemplo, sufre nunca de desencanto con el Karate cuando ascienden de grado… Ni siquiera cuando realmente no deberían haber ascendido.
Hay un vínculo directo entre desilusión y madurez: lo primero surge de la falta de lo segundo. La desilusión con el Karate viene de una mente débil, una mente que todavía no ha sido templada por la autodisciplina. El Karate, el “auténtico Karate”, es lo que siempre ha sido, y el desencanto no es más que tu propia falta de carácter manifestándose… Lo que en realidad estás sintiendo es la toma de consciencia de la distancia que hay entre quien pensabas que eras en el Karate y quien eres en realidad… ¡Un fracasado!
Fuente:
“Disillusion…”
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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