DOPAJE EN EL DEPORTE: Efectos, perjuicios e ideas erróneas

El dopaje en el deporte es un problema muy extendido y no sólo entre atletas de élite, sino incluso más en los deportes recreativos. En la bibliografía científica, se pone cada vez más énfasis en la detección del dopaje, sin embargo no se debate con frecuencia los efectos perjudiciales de los agentes dopantes en la salud de los deportistas. Los esteroides andrógenos anabólicos son muy conocidos gracias a sus efectos positivos sobre masa muscular y fuerza.

La hormona del crecimiento humano también aumenta masa muscular, aunque la mayor parte de ese aumento corresponde a líquidos extracelulares y no a la masa muscular funcional. En los practicantes de deporte recreativo, la hormona del crecimiento no logra ningún efecto importante en la fuerza, la potencia ni la capacidad aerobia de los músculos, sino que estimula la capacidad de realizar ejercicio anaerobio.

La administración de eritropoyetina aumenta la capacidad de la sangre para transportar oxígeno lo que mejora las métricas de la resistencia, mientras que la administración sistémica de agonistas beta-adrenérgicos puede tener un efecto positivo sobre la velocidad punta, y los antagonistas beta-adrenérgicos reducen el temblor de los músculos. Por lo tanto, hay algunos fármacos que pueden mejorar ciertos aspectos selectivos del rendimiento físico. Sin embargo, la mayoría de las sustancias dopantes conllevan efectos secundarios graves, especialmente cuando se administran en combinación, a grandes dosis y a largo plazo.

Resulta difícil calibrar la amplitud de las consecuencias a largo plazo sobre la salud pero es probable que sean considerables, especialmente si se considera el dopaje genético. Esta revisión resume los grupos principales de sustancias dopantes utilizadas por deportistas, con un enfoque principal en sus impactos sobre el rendimiento deportivo y sus efectos adversos.