Con extraordinaria humildad, el otrora nadador y medallista panamericano hizo un aparte en su apretada agenda y reuniones de trabajo durante la Convención Mundial de SportAccord para conversar en exclusiva sobre varios temas relacionados con su último cargo, Cuba y los desafíos mundiales del deporte.

¿Qué reto le impone su elección al frente de la ODEPA?

El principal es que trabajar en una nueva constitución de la ODEPA, que esté en línea con la Carta olímpica y los Estatutos de Asociación de Comité Olímpicos Nacionales (ACNO), la cual permitiría una próxima elección del presidente con todas las garantías para los candidatos. Buscaremos eso a través de la unidad de nuestros países para lograr un entendimiento entre todos y saber hacia dónde queremos que vaya la organización.

Luego entonces estableceríamos quienes pueden ser los candidatos y elegirlos con total imparcialidad en busca de que salgan las mejores personas para el puesto en el que estoy ahora.

¿Cuál pudiera ser la fecha de esas elecciones?

Serían alrededor de año y medio después que concluyan los Juegos Panamericanos, porque ahora hay que aprobar primero la Constitución, que será un estudio muy participativo y sobre el que opinarán todos los Comité Olímpicos Nacionales.

No obstante, usted va a dirigir los Juegos Panamericanos de Toronto. ¿Cómo marchan los preparativos finales?

Todo está bastante bien. Quedan solo algunos ajustes y detalles que veremos con los organizadores canadienses en los próximos días, cuando nos reuniremos con ellos en Toronto. Van a ser unos juegos de un nivel extraordinario y de gran trascendencia, en cuanto a la calidad de las instalaciones y también por los resultados deportivos que se lograrán.

¿Qué opinión le merece la presencia de Cuba en estas citas, como segunda potencia del continente desde 1971?

El deporte cubano tiene un valor importante en América y en estos Juegos específicamente porque se lo ha ganado al ser una de las tres delegaciones siempre más numerosa y que alcanza también las mayores cantidades de medallas. Además, Cuba es un país que sabe tener en cuenta y aprovechar los valores que genera el deporte no solo como espectáculo, sino a partir de la inclusión social, la formación educativa en los seres humanos, los estilos de vida más sano, y como antídoto contra la droga, el alcoholismo y otros vicios que están pervirtiendo a la humanidad.

¿Cómo es posible simultanear tantos cargos al mismo tiempo?

Es muy complejo, pero mi compromiso con la ODEPA es hasta que organice y se realicen las elecciones en tranquilidad y con los mejores candidatos. Aunque tengo un trabajo mayor que antes, mi destino y obligaciones, sea dicho de una vez y por todas, son con la FINA y el deporte en general. Como he sido siempre así, acepté el cargo porque fui electo por aclamación, pero entre todos tenemos que hacer una ODEPA que no detenga su crecimiento y sea aceptada en cada uno de los foros como lo que es: una de las organizaciones continentales más importante del mundo.

¿Pudiera destacar los aspectos más importantes de esta XIII Convención Mundial?

Se armó un lío tremendo a partir de los planteamientos iniciales de Marius Vizer. Es cierto que los temas expuestos y esta organización son importantes, pero no comparto los conceptos que lanzó sobre la Agenda 2020, sobre la que sí estoy de acuerdo, al igual que con la gestión excelente que viene realizando el presidente del COI, Thomas Bach.

Los Juegos de Playa estoy convencido de que son de ACNO y no de SportAccord, pero espero que todo se corrija por el camino y reine la paz entre los dirigentes del deporte mundial.

¿Alguna próxima visita a nuestro país?

Por ahora no, quizás más adelante. Mi gran trabajo está centrado en los Juegos Panamericanos y en el campeonato mundial de natación en Kazan, Rusia, muy pegados en fecha. Por cierto, quiero destacar que aprecio el trabajo que viene realizando Rodolfo Falcón al frente de la natación cubana. Lo conozco bien desde que fue medallista olímpico y mundial y sé que está tratando de mejorar los resultados con nuevas figuras.