El objetivo primordial del Karate-do es formar a la persona con un fuerte carácter, orientado a la práctica correcta de nuestras normas morales, encaminando nuestros esfuerzos para lograr las cosas buenas que  uno desea hacia sí mismo y los demás, buscando la superación personal sin tener que causar daño o engañar para lograrlo, buscando siempre el perfeccionamiento espiritual y físico, para intentar así, algún día, llegar al conocimiento de sí mismo.

En este camino y mediante la práctica vamos pasando por estadios psicológicos que influyen en nuestro comportamiento, algunos deberán ser reprimidos y otros afrontados, porque el enemigo interior más fuerte es el propio egoísmo o a veces la auto derrota, el dejarse vencer sin intentar luchar; en el camino  el agotamiento y el miedo deben de superarse; el autocontrol debe entrenarse, se deben afrontar los problemas sin miedo y con deseos de vencer utilizando los procedimientos correctos.

La perseverancia, la voluntad, el respeto hacia sí mismo y los demás, las normas de cortesía y los buenos modales deben ser inherentes a nuestro propio yo; la cólera, la envidia, la agresividad y los sentimientos negativos deben ser eliminados de nuestra conciencia.

Quien desea conocer el Budo… “el camino del guerrero”, debe aprender de todas las personas, si se considera ya un sensei, aún de su alumno más torpe y de su semejante más humilde, debe ser imperturbable ante la victoria o la derrota, debe aprender a  dominar sus sentimientos y emociones, debe ser perseverante e ilimitado en la búsqueda de sus propósitos, debe ser capaz de adaptarse a cada circunstancia en todo momento, debe aceptar la existencia de el bien y el mal como una naturaleza formadora y realizadora que es parte imprescindible de la ley de la vida, pero debe escoger lo bueno, considerando bueno todo aquello que no dañe la integridad ni el espíritu de sus semejantes y que busque su bienestar.

Intentar seguir el camino de vida que nos marca el karate, intentar seguir el do es seguir fielmente el camino de la verdad, buscar la justicia en todas las cosas y el dominio interior para no flaquear en el propósito, sin que ningún obstáculo que se cruce ante nosotros, por muy grande, dificultoso e imposible que sea, nos detenga.

Porque la lucha por conseguir la superación de cualquier obstáculo que se cruce en la búsqueda de la meta o desarrollo que nos propongamos, el sufrimiento, las privaciones y el agotamiento extremo al cual llegamos para conseguir nuestro propósito, nos hará perfeccionarnos poco a poco, para a superar cada vez más nuestra voluntad y aumentar paso a paso nuestra sabiduría.

Fuentes: CURSO DE KARATE FACDEF ’09