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RESPIRACIÓN EN EL KUMITE
En el Kumite, especialmente en el Kumite deportivo, la resistencia es crucial para la gestión del combate. ¿Cuántas veces te has llevado un punto en los últimos segundos porque «no tenías más»?
El protector bucal, y para los más pequeños también la máscara, ciertamente no facilitan la respiración. Respirar mal en una actividad aeróbica puede conducir a la fatiga del diafragma, que muchas teorías señalan como responsable del dolor en el bazo que a veces afecta a quienes realizan actividades de este tipo.
Al igual que con el Kata, aunque con una aplicación diferente, en los 3 minutos de combate, la alternancia entre las fases de ataque y recuperación es una parte integral de una estrategia ganadora.
La respiración con el diafragma relaja los brazos y el cuello, también mejora tus técnicas de ataque y defensa, pudiendo moverte con mayor agilidad.
Saber respirar con el diafragma implica un aumentando de la conciencia de su contracción. Y saber contraer los abdominales cuando viene un mawashi chudan puede ser un salvavidas.
LA RESPIRACIÓN EN EL KATA
Dos elementos fundamentales en la ejecución de un Kata son el ritmo y el Kime.
La primera marca la velocidad con la que tienes que ejecutar las técnicas del kata, la segunda determina esas contracciones que te permiten ser fluido como el agua y fuerte como una roca.
Los katas tienen un ritmo espasmódico. Una alternancia de pausas y bloques de técnicas ejecutadas en muy pocos momentos y a máxima velocidad.
Para poder realizar el Kata con su ritmo, sin tener que permitirse «pausas extra» por estar falto de aliento, la respiración con el diafragma es fundamental.
Supongamos que para realizar 3 shuto-uke en kokutsu dachi con rapidez, se necesita una bolsa de aire. Pues bien, con la respiración torácica, si va bien, se llega al final de las tres técnicas casi en deuda de oxígeno, porque se puede llenar la bolsa lo justo. En cambio, utilizando el diafragma al máximo, podrías llenar aún más tu bolsa (los pulmones), realizando sólo las técnicas con mayor fluidez, pero llegando al final sin necesidad de largas pausas.
De hecho, en el Kata, las inhalaciones largas suelen ir seguidas de exhalaciones cortas y continuas paralelas al kime, terminando la respiración. Cuanto más aire haya en tus pulmones = más técnicas podrás realizar.
Además, pasar de una respiración más torácica a una respiración de diafragma completa relaja mucho el cuello y los hombros. Esto significa que podrá empujar los brazos con mucha más facilidad (y velocidad), sin ejercer presión sobre los músculos del cuello, evitando así el dolor posterior.