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Hay momentos en la vida de todo auténtico karateka en los que continuar practicando se convierte en una carga; y para muchos, esa carga puede llegar a ser demasiado. Pregúntale a cualquier karateka que lleve más de 30 años entrenando (no sólo enseñando, sino entrenando realmente) cómo ha conseguido continuar durante tanto tiempo, y te dirá… ¡No sin dificultades!
A menudo se afirma que el auténtico entrenamiento de Karate no es fácil, tampoco es para todo el mundo que imagina que lo desea; siendo bastante franco, el entrenamiento auténtico es sencillamente demasiado difícil para la mayoría de personas que se consideran karatekas. Vamos a ver, no es la parte física del entrenamiento lo que impide a la gente continuar, es el simple acto de continuar lo que resulta ser demasiado.
Para disfrazar la falta de entrenamiento, muchos recurren a enseñar creyendo que todavía están “haciendo Karate”, pero eso es simplemente absurdo: si no estás entrenando realmente, cualquier otra cosa que hagas llevando el karate-gi puesto, ya es otra cosa. El camino del Karate se experimenta a través del entrenamiento y la práctica, y no a través de la enseñanza y de las demostraciones.
Hay momentos en la vida de todo karateka en los que dejarlo parece una alternativa atractiva; y cuando uno se encuentra en esa situación, se debería formular la misma pregunta… ¿Mejoraría mi vida si lo dejara?
La esencia del Karate no se encuentra en conseguir éxitos, sino en superar obstáculos, y sobre todo, en continuar……
Fuente:
“Seven times down…..”
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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