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Es fascinante quedarse atrás y observar lo que otros hacen del Karate; cómo se mueven, cómo piensan… cómo algunos no piensan nada en absoluto y están felices dejando esa parte para otros. Con tanta gente en la actualidad levantándose para ser contados como karatekas (como esa escena de “Espartaco”… “¡Yo soy karateka!, ¡Yo soy karateka!”) es un poco irónico que tantos individuos se esfuercen por controlar el “negocio” del budo, en lugar de utilizar el budo para controlar su propia naturaleza.
El nivel de dependencia a largo plazo que se ha formado en el Karate, por parte de instructores y asociaciones, es una enorme contradicción de la “tradición” que esos mismos instructores y asociaciones afirman preservar. Las asociaciones de Karate no tienen nada de “tradicional”, de hecho, los primeros intentos de formar asociaciones en Okinawa nunca duraron mucho, y a menudo terminaron en acritud entre los “fundadores”. Miyazato Eiichi Sensei intentó ser miembro de un par de ellas en su día, pero se cansó de ellas bastante pronto y las dejó, y me decía: , y sin embargo…
Si no tuvieras alumnos, ¿seguirías practicando Karate? Si no existieran grados ni títulos que obtener, ni posiciones que alcanzar dentro de un grupo (banda) en particular, ni dinero que ganar… Entonces, ¿qué? ¿Es la práctica de Karate suficiente para ti? Me atrevería a decir, dado todo el sinsentido que muchos utilizan para justificar las cosas que hacen en nombre del Karate, el dinero que ganan, la adoración que reciben, y la creencia de que sus ancestros de Karate estarían orgullosos de lo que están haciendo… Todo ello deja poco tiempo para la reflexión, para cuestionarse a uno mismo, e incluso para respetarse a uno mismo.
El Karate siempre fue una actividad basada en el dojo, incluso antes de que existieran los dojos formales. Era un pacto entre tu profesor y tú; tú prometías trabajar duro y comportarte correctamente, y tu profesor prometía enseñarte lo que sabía. El dojo (el lugar de reunión) es una idea fundamental para la transmisión del Karate, y sin embargo se ha dejado atrás por la formación de los imperios de Karate multinacionales y globales que vemos hoy. Es un desarrollo que dice más de los deseos egoístas de unos pocos, que de las esperanzas y sueños de muchos.
Los imperios están formados por individuos, al igual que el Karate… Puedes elegir formar parte de uno u otro, o de ambos, ¡pero no al mismo tiempo!
Fuente: “The gathering place…..”
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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