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El entrenamiento inicial de un karateka se pasa aprendiendo el “cómo”, pero sólo unos pocos progresan hasta preocuparse a sí mismos “por qué”; Yo diría que sencillamente así es como debe ser, es el filtro natural del Karate en acción. Continúa centrando tus esfuerzos en el “cómo” del Karate y acabarás perdiéndote en una complicada telaraña de detalle… la parálisis del análisis, lo llaman. En lo que respecta a hacer preguntas, ¡cuanto antes dejes de hacérselas a otros, mejor!.
En realidad no hay nada esotérico ni complicado en el Karate, es sólo que nosotros (en nuestra ansia por aprender) lo hacemos así. En un esfuerzo por conseguir algo “especial”, al ego le sienta bien creer que de una persona extraordinaria nacen habilidades extraordinarias; pero, ¿qué significa exactamente ser extraordinario? Obviamente, no ser igual que los demás… ¿Verdad? Y sin embargo muchos karatekas de hoy viven vidas que son indistinguibles de las de aquellos que no son karatekas. Es una especie de rompecabezas, pero no un misterio tan complejo que la razón no alcance a encontrar la respuesta.
Cuando aprendes a escribir empiezas aprendiendo el abecedario, pero una vez lo has aprendido, tus habilidades escritas no mejoran aprendiendo a escribir el abecedario otra vez utilizando diferentes estilos de letra. Una vez aprendido, el abecedario ha cumplido su propósito… Es hora de seguir hacia delante. La mayoría de la gente consigue aprender el alfabeto, pero pocos continúan hasta llegar a ser poetas; los poetas no abundan, porque su comprensión de las palabras va más allá de la simple comunicación. La esencia del Karate es la misma que la esencia de la poesía, ambas fluyen a partir de una profunda conexión con el arte en cuestión. El pensamiento consciente, basado en técnica de memorización, mata la espontaneidad necesaria para que el Karate (o la poesía) viva.
A medida que el Karate fue dejando atrás el aislamiento de su tierra natal, Okinawa, tuvieron lugar muchos cambios, y el entrenamiento de Karate de hoy produce una clase de “karateka” muy diferente a lo que solía ser en el pasado: ¿por qué? Voy a exponer una idea que de alguna manera expresa la deriva que ha estado experimentando el Karate a un ritmo cada vez más acelerado; apartándolo del budo e incluso del arte marcial, y dejándolo directamente en el ámbito del “deporte y entretenimiento”.
Es un fenómeno conocido como la “Normalización de la desviación”, a nosotros los humanos no siempre se nos da bien hacer lo correcto por la sencilla razón de que es lo correcto. Si reflexionamos sobre esta idea, advertimos fácilmente que el Karate también sufre de esta misma normalización de desviación; y se ve con mucha claridad cuando los objetivos originales de un sensei, dojo, o asociación, se ven cada vez más comprometidos para mantener el statu quo.
Los dojos y las asociaciones de Karate se establecen con un propósito, si ese propósito llega a ser secundario ante mantener en pie el dojo o la asociación, tienes que preguntarte a ti mismo “¿cómo ha podido pasar eso?”… Pero es más importante que te preguntes: “¿por qué lo aceptas?”
Fuente:
“The “How’s” and the “Why’s”…”
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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