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Desde hace mucho tiempo mantengo la opinión de que las «asociaciones» de Karate son malas para el Karate… Buenas para el negocio… pero malas para el Karate. Pocas, si es que alguna, se mantienen fieles a su declarado propósito habitual: preservar y difundir el Karate; y pronto ceden a la lucha interna por el control y el flujo de dinero. No se me ocurre ni una sola asociación de Karate que no haya seguido el mismo camino de crecimiento, hirviente descontento, asqueroso comportamiento, y finalmente, fragmentación. Y a pesar de ello, la necesidad de afiliarse a una, o más asociaciones, parecer ser ahora tan fuerte como siempre… ¿Por qué?
No tengo ni idea de por qué cualquier profesor de Karate siente la necesidad de estar afiliado a un grupo, o persona, que está al otro lado del planeta. Dejando al margen las obvias, y bastante infantiles cuestiones como credibilidad-por-asociación, ¿por qué hacerlo? ¿Por qué formar conexiones que a menudo aportan poco más que enviar dinero a gente que no conoces, a personas que apenas, o nunca ves? ¿Eres tan inseguro con tu propio Karate que sientes la necesidad de esconderte entre la multitud? Y ¿de dónde viene esta idea de control remoto en Karate? Veo lo que el líder saca del acuerdo… ¡¿Pero tú?!
Mi sensei nunca me pidió dinero. Cada vez que visitaba el Jundokan me explicaba la cuota por entrenar en el dojo (como si no la conociera). Yo ponía el dinero en un sobre y lo dejaba en su despacho. Antes de terminar la primera semana siempre se había gastado al menos el doble de esa cantidad invitándome a comidas y asegurándose de que tenía provisiones suficientes en mi habitación. Nunca quiso dinero de mí, pero creo que quería que yo entendiera que nada viene gratis. Nuestra conexión se creó a partir de algo diferente al dinero, más importante que el dinero, y más valioso que la riqueza económica.
Estoy seguro de que aquellos que llevan un negocio o club de Karate, quizá unos años más pronto de lo que realmente deberían, sentirán la necesidad de afiliarse. Yo lo hice cuando era más joven y no conocía otra cosa. Pero después llegué a comprender el juego que se estaba llevando a cabo en nombre del Karate, y me di cuenta de que la afiliación estaba en el mismo corazón de la corrupción. La próxima vez que recojas tasas de afiliación de aquellos a quienes enseñas, puede que quieras detenerte un segundo y preguntarte a ti mismo qué obtienen ellos a cambio por darte todo ese dinero… Para muchos es sólo un certificado y reconocimiento por parte de «el hombre», ninguno de los cuales significa nada en absoluto para el resto de nosotros.
Formar conexiones no tiene nada de malo, y de hecho, incluso me atrevería a decir que las necesitamos; pero tienes que preguntarte a ti mismo en qué se basan tus conexiones de Karate, amistad o dinero.
Fuente:
«Affiliation…What’s «That» All About?»
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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Lo importante en la práctica del karate es realizar también a la par de las latas el trabajo de Bunkai, sino no sirve, se debe aprender la verdadera aplicación del Karate, la mayoría de las escuelas no lo hace,me parece un grave error.