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Hay dos maneras de pensar sobre tu entrenamiento de Karate/Kobudo. La primera, y de lejos la más popular, es buscar a alguien que consideras que es bueno, pegarte a él, y después empezar a imitar lo que hace. La segunda es encontrar a alguien que sea un ejemplo de lo necesario para acercarse al lugar en el que quieres estar. La primera depende de que te conviertas en un «seguidor»… un alumno si se quiere, pero en la mayoría de casos es un nombre poco apropiado, ya que no se está realizando ningún «estudio». La segunda te ofrece muy poco, simplemente requiere que continuamente hagas el esfuerzo de aprender del ejemplo de tu profesor.
A menos que vivas cerca de tu profesor, ¿cómo pasas tiempo con él? Si eres serio, haces el esfuerzo para visitarle. Ahorras y organizas tu vida para tener tiempo para pasar en su compañía, absorbiendo lo que tiene para ofrecer. Haces esto de manera regular y constante, no sólo una o dos veces. Otra opción es invitar a tu profesor a que te visite. Si no le importa hacerlo, tienes una gran oportunidad de demostrarle tu sinceridad al ofrecerle hospitalidad y tus diligentes esfuerzos para aprender en el dojo.
Por descontado, la realidad habitual es que el profesor que visita se encuentra en un viaje pagado dirigido por el ego. Espera que se le invite a comer y beber, que se le preste atención, y que le hagan fotografías con ansiosos discípulos. ¡Ah! Y muy a menudo espera regresar a casa con una escandalosa cantidad de dinero que mantiene al margen del recaudador de impuestos. Actualmente algunos lo evitan utilizando PayPal. Aún así, para muchos, no hay nada como la sensación de contar billetes y la emoción de salir por la puerta con fajos de dinero en sus bolsillos.
Por supuesto, los «alumnos» también juegan un papel importante en este tipo de comportamiento ilegal. Entrar deliberadamente en un país con un visado incorrecto, recoger dinero y evadir impuestos es un delito… incluso si lo haces a través de PayPal. Con tantos «maestros» viajando alrededor del mundo hoy día, uno se pregunta dónde pagan sus impuestos, y cuánto de sus ingresos pasa desapercibido por la autoridades competentes.
¿Qué hay de malo? Bueno, creo que realmente se causa poco daño a los paises a los que se les niega sus legítimos impuestos… El tema es que, una vez ya no tienes problema en tergiversar o ignorar la ley, ya no puedes basar tu entrenamiento en la autenticidad. Ya no puedes vincular lo que haces con la moral de otros que vivieron en el pasado. Ya no puedes reivindicar la sinceridad, la legitimidad, ni ninguna otra característica moral humana que utilices para establecerte en el mundo del Karate/Kobudo. Puede que no sea un «criminal» en el sentido general de la palabra, pero tampoco puedes afirmar que eres «honesto».
Así que, la próxima vez que te visite tu profesor, comprueba si viaja con el visado correcto, pregunta si no le importa compartir su conocimiento sin abandonar el país con un fajo de billetes, pregúntate a ti mismo por qué le has invitado, y si el comportamiento de todos los implicados es honesto. Dependiendo de las respuestas que obtengas, sabrás si tu manera de pensar está orientada al Budo, o si como la mayoría de karatekas/kobudokas de hoy, ¡lo está a hacer negocio!
Como siempre… ¡La elección es tuya!
Fuente:
«When Your Master Comes to Call…..»
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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