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En la carrera por controlar el Karate, el concepto fundamental del placer se ha dejado atrás o se ha olvidado del todo. Durante muchos años he creído que muchas de las personas que enseñan Karate actualmente, ¡ya no disfrutan entrenando para sí mismos! Es una teoría que puedes comprobar tú mismo con bastante facilidad; sencillamente calcula el número de horas al mes que dedicas al Karate, y después divide ese tiempo en la cantidad de horas que pasas enseñando y las horas dedicadas a entrenamiento personal… ¡Ahí tienes la respuesta!
Soy consciente de que no todo el mundo tiene el tiempo que yo tengo para practicar, ni un dojo justo enfrente de la puerta de casa; pero quiero señalar que a lo largo de los últimos 40 años tampoco fue siempre así para mí. También quiero dejar claro que el dojo y el tiempo que ahora tengo para entrenar, son resultado directo de las decisiones que he tomado en la vida… ¡Y no cuestión de buena suerte! No soy rico, y sólo hay un número muy reducido de alumnos que se dirigen a mí en busca de orientación, así que el dojo genera muy poco dinero.
El primer kun del Shinseidokan invita a los alumnos a pensar en esto: Vive dentro de tus posibilidades. Puede que te preguntes qué tiene eso que ver con el Karate… Bueno, si no tienes la disciplina personal para vivir de esa manera, dentro de tus posibilidades, puedes olvidarte de llegar a entender la esencia del Karate; en lugar de ello, pasarás tu vida añadiendo continuamente a lo has obtenido, en lugar de vivir con lo que ya tienes. No sé de qué otra manera decir esto sin parecer Yoda… pero cuanto más quieres, menos conseguirás: en la vida o en el Karate.
De todos los karatekas de larga duración (más de 30 años) que he conocido, y en mi vida y en mi trabajo he conocido a muchos, pocos parecen disfrutar todavía del entrenamiento. A pesar de ganar mucho dinero con el Karate a lo largo de los años, no parecen capaces de encontrar el tiempo o el entusiasmo para hacer otra cosa que no sea enseñárselo a otras personas. Si me preguntan a mí, es una existencia bastante fría… Viajar por el mundo dando la impresión de ser una persona que controla su vida, cuando en realidad son como muchos otros que están atrapados en un trabajo sin salida con pocas expectativas de escapar. ¡Ya veo el concepto de autodefensa! «En el país de los ciegos, el tuerto es el rey», y quizá sea eso lo que mantiene viva la fantasía para esas personas y para sus seguidores; pero yo siempre he creído que en Karate se trata de mantener los ojos (y la mente) abiertos, de tomar el control asumiendo la responsabilidad de tu vida, además de tu entrenamiento.
De vez en cuando, se podía escuchar a Miyazato Eiichi Sensei recordando a los alumnos que no tenían que estar en el dojo, que el Karate no era obligatorio. También me dijo lo mismo a mí una o dos veces a lo largo de los años, normalmente cuando me estaba esforzando con algo y mi frustración llegaba a ser evidente. Su comentario siempre me forzó a enfrentarme a mi frustración y tratar con ella; una vez era capaz de hacer eso, extraordinariamente, mi tiempo en el dojo volvía a ser placentero.
Miyazato Eiichi Sensei… Sabía un par de cosas acerca del Karate, pero sospecho que sabía lo mismo acerca de la naturaleza humana, y quizá esa fuera la razón por la que disfrutó de su entrenamiento personal hasta el final. Muchas de las mismas cosas que Miyazato Sensei me dijo a mí en el Jundokan, yo se las he dicho a los alumnos del Shinseidokan; sin embargo, viniendo de mí, no estoy seguro de que las palabras tengan tanta autoridad, así que yo hago lo que mi sensei hizo por mí… Doy ejemplo.
«El ejemplo mueve el mundo más que la doctrina».
(Henry Miller)
Fuente y autor: Michael Clarke
«The Joy of Training..!»
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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