Un lugar para el karate deportivo, karate de dojo, arbitraje, entrenadores, atletas, historia, filosofía, técnicas , tradiciones y educación física .
Es fácil darse cuenta de cuánta gente cree que conseguir un grado es lo que marca el progreso de un karateka, al fin y al cabo, los grados, y el mito del reconocimiento, son dos de las muchas herramientas de marketing utilizadas hoy en día por los profesionales: «Todos los grados reconocidos en Japón», ¿no es eso lo que dice el eslogan? Es todo basura, por descontado, ¡los karatekas japoneses de tu grupo no te conocen de nada! Especialmente si nunca has tenido el valor de subirte solo a un avión para ir a Japón.
Cuando tu entrenamiento de Karate es auténtico, es decir, se lleva a cabo con el mismo espíritu del Karate transmitido a lo largo del tiempo, vas a experimentar algo bueno. Pero como pasa con todas las cosas buenas, los beneficios que el Karate trae consigo vienen con una etiqueta de precio colgando; a pagar no en frío dinero, sino en responsabilidad y obligación. A medida que subes por la escalera de los grados, deberías (en teoría) avanzar incluso más profundo en la tradición de la cual eres una parte viva; si no lo estás haciendo, no estás entendiendo de qué va el ascenso de grado.
Para aquellos que se consideran hoy karatekas «tradicionales», es importante recordar la obligación que tienen que aceptar: tomar posesión de su Karate, y recordarse a sí mismos la necesidad de enseñar mediante ejemplo. De este modo, harías bien en asumir tus errores con el mismo vigor con el que proclamas tus logros; ya que de lo contrario, ¡obtendrás reconocimiento por razones totalmente equivocadas!
Fuente:
«Don’t seek to climb higher, instead, work hard to enter deeply!»
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
Para comentar debe estar registrado.