Musha shugyō, el peregrinaje del guerrero
El musha shugyō era el viaje en solitario emprendido por algunos samuráis en pos del perfeccionamiento de sus habilidades. Tras forjar su cuerpo y su mente con el entrenamiento, el “shugyōsha” se enfrentaba a las adversidades del camino sin más respaldo que su habilidad con la espada y su determinación.
Era un viaje interno y externo a un tiempo, en busca de situaciones que pusieran a prueba la fuerza y serenidad de espíritu del samurái, en la creencia de que la verdadera valía de una persona solo afloraba cuando se enfrentaba a lo imprevisible.
Este peregrinaje podía durar meses, años o casi toda una vida y, durante el mismo, era habitual que el shugyōsha participara en batallas que considerara justas, se pusiera a prueba enfrentándose a las distintas escuelas de esgrima del país, y que cultivara su espíritu mediante la oración, la austeridad y la contemplación mundana.
El musha shugyō surge, por tanto, a imagen y semejanza del “angya” (viaje a pie) de los monjes zen, que buscaban la iluminación a través de un peregrinaje ascético llevado a cabo con la mayor frugalidad de recursos.
Ha habido muchos shugyōsha célebres a lo largo de la historia de Japón, pero quizás el más famoso de todos ellos sea Miyamoto Musashi, que durante años recorrió el país derrotando sucesivamente a las escuelas de esgrima más prestigiosas. Fue al final de su peregrinaje y tras un tiempo al servicio de diversos señores feudales cuando escribió su famoso ‘Libro de los cinco anillos’.
Texto: David B. Gil
Ilustración: David Benzal.
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