El karate a conservado -sin quererlo, ya que esto se debe en gran medida a la prohibición de portar armas- la forma más elemental de técnica de lucha a muerte como base de su tradición, es decir la lucha con las manos desnudas.
Al mismo tiempo, el karate ha podido mantener sus técnicas peligrosas debido a que la mayor parte del entrenamiento de estas se realizan a través de los katas, que realizamos individualmente.
A partir de esto, nos damos cuenta de que el karate es un arte marcial peculiar que no tiene parangón con ningún otro. Sobre el aspecto del kárate, como disciplina de carácter íntimamente marcial, mi padre tenía su propia opinión:
“si hay personas que bajo el hechizo de la expresión “ejercicio físico” piensan en hacer del kárate una suerte de gimnasia, justificando esta transformación como resultado inevitable del dictado del tiempo, extrayendo de esta disciplina su razón de existir como arte marcial, hay que decir alto y claro que su opinión no se basa en una reflexión seria y profunda. Quienes creen tener razón al transformar el kata en una serie de ejercicios gimnásticos son individuos que desconocen el grave error que cometen de privar al karate de sus valores fundamentales, es decir de su marcialidad. Debe saberse que kata y kumite deben realizarse con rigurosa atención basada en la mente crítica digna del nombre de arte marcial, según la cual se busca constantemente corregir sus movimientos en sus detalles, como la altura de las manos o el grado de extensión de la pierna. También es necesario pensar en hacer calentamientos u otros movimientos físicos complementarios para incrementar la funcionalidad de los músculos y órganos internos…
Extraído de “L´ Initiation au Kempo-karaté d’attaque et d’autodéfense”. Ken´wa Mabuni
Pagina 63 “La voie de la main nue” Mabuni Ken ´Ei
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