KARATE MODERNO

El karate moderno puede dividirse en dos períodos distintos: el posterior a Funakoshi Gichin y el posterior a la difusión masiva.

Funakoshi Gichin dejó un Karate Shotokan muy alejado de sus orígenes, un Karate «revisado» en el que queda poco del To-de aprendido en Okinawa pero que también está muy alejado del Karate que practicamos hoy.

A petición de la DNBK (Dai Nippon Butoku Kai), el kárate debía tener unas características precisas para ser incluido en el Olimpo de las disciplinas del Budo:

Un uniforme de entrenamiento estándar;

Un sistema de graduación;

un sistema de competición;

que reduzcan aún más los aspectos más violentos aún presentes en la práctica.

Para lograr los dos últimos puntos era necesaria una gran revolución.

Para llevar el karate a las competiciones se necesitaban reglas, por lo tanto, restricciones, ataduras y limitaciones.

Para reducir los aspectos violentos de un arte creado para ser eficaz (para matar) como sistema de defensa, hubo que reducir gran parte del Karate actual.

La apertura de la enseñanza en las escuelas, en las escuelas primarias para el caso, termina limitando mucho del Karate efectivo que buscamos hoy en día.

Ocultar la violencia detrás de gestos gimnásticos orientados al bienestar: este era el objetivo de Funakoshi y la voluntad de Japón.

El golpe que mata se convierte en Heian (Paz y tranquilidad).

Técnicamente el Karate de Gichin Funakoshi se mueve hacia posturas más largas, introducción de técnicas de patadas a la cara, movimientos más amplios, contracciones musculares, combate libre, Kihon, Kata realizado para competir, donde la forma es más importante que el fondo.

Todo esto sucede gracias a/por su tercer hijo Funakoshi Yoshitaka (Gigo) y a los colaboradores que enseñan en el dojo Shotokan de Tokio: Egami y Hironishi más que otros.

Nacen los combates preestablecidos, tomados por Yoshitaka de la práctica del Kendo y nuevos Kata por parejas similares al Jujitsu japonés.

El maestro Yoshitaka también modificó los katas aprendidos de su padre, rebajando las posiciones y haciéndolos más rápidos y dinámicos, pero desvirtuando de hecho los sutiles significados que habían acompañado a la creación (sólo le interesaba el aspecto de la lucha del karate, en total desacuerdo con su padre, que en cambio hacía hincapié en los principios éticos y de salud del arte).

Yoshitaka y los colaboradores con la introducción de nuevas técnicas de patada hasta ahora no contempladas en el Karate de Okinawa (donde sólo existen Mae geri y Yoko geri gedan) se dan cuenta de la ineficacia de las técnicas de parada contenidas en los kata contra estos últimos.

Los hijos de Funakoshi, Egami y Hironishi, cambiaron el karate e hicieron del Shotokan lo que hoy conocemos.

¿Y los otros estilos?

Muchos estilos comparten el mismo destino que el Shotokan, la muerte del fundador suele dar lugar a una disputa sobre quién le sucederá al frente de la escuela.

La Shitoryu se dividió en la escuela Shitokai, donde Iwata reclamó la descendencia directa de la Shito-ryu; Mabuni Kenzo, hijo del fundador fundó la Seito Shito Ryu. Otras corrientes fundaron diferentes escuelas.

La misma suerte corrió el Goju Ryu que, con la muerte de Miyagi, se encontró sin un nombramiento directo de un sucesor y la consiguiente autoproclamación de muchos. Miyazato fue elegido y bajo su supervisión muchos de los maestros conocidos en el mundo por este estilo se entrenaron en el dojo Jundokan.

También en el Goju hay diferentes escuelas y en particular el Goju de Okinawa y el Goju japonés del maestro Yamaguchi.