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Todas las disciplinas japonesas consideradas un arte están vinculadas al sufijo DO.
Algunos ejemplos: Sho-do, Cha-do, Ju-do, Ken-do, Aiki-do, Kyu-do, KARATE-DO.
Si conoces las artes marciales mencionadas anteriormente pero no las dos primeras, debes saber que son el arte de la escritura y el arte de la ceremonia del té. Como se puede ver, no sólo artes marciales (Bu-do) sino también artes «artísticas».
El karate pasa de ser un mero sistema de defensa a convertirse en DO.
Debemos a la DNBK (Dai Nippon Butoku Kai) la introducción del sufijo 道 «dō» (camino) en lugar de 術 «jutsu» (técnica) para reforzar el significado de arte para «cultivar el espíritu».
En cuanto a la historia del Karategi y los cinturones, le debemos mucho a nuestro primo el Ju-Do.
Como antes del karate, el ju-jitsu tuvo que pasar por una revisión de imagen y contenido para ser acreditado por la DNBK como ju-do, nos inspiramos en la forma de ceder para formar parte de un círculo restringido de artes reconocidas.
Las demandas de la DNBK se centraban en la necesidad de que el kárate desarrollara un plan de estudios uniforme que se diferenciara de sus orígenes chinos, adoptara un estándar de entrenamiento uniforme, asignara un sistema de graduación, desarrollara un sistema de competición y redujera aún más los aspectos más violentos aún presentes en la práctica.
Se cumplieron casi por completo (sin embargo, Funakoshi se opuso firmemente a un sistema de competición que tardaría otro par de décadas en establecerse).
En diciembre de 1933, la Dai Nippon Butoku Kai ratificó el reconocimiento del Karate-do (el Camino de la Mano Vacía) como Arte del Budo japonés.
El nuevo término «karate-do» -reconocido formalmente en Japón por la DNBK- no fue aceptado oficialmente de inmediato en Okinawa hasta que, en 1936 y tras mucha resistencia, una reunión de los más importantes maestros del arte sancionó su aceptación.
Los maestros más ilustres de la época, Chojun Miyagi, Chotoku Kyan, Chomo Hanashiro, Kentsu Yabu, Shimpan Shiroma, Choki Motobu, Chosin Chibana, coincidieron en la necesidad del cambio.
Para lograr la popularidad y ampliar el conocimiento del karate, era necesario el cambio, los tiempos lo exigían.