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En la mayoría de las escuelas, clubes y asociaciones de Karate, la gran mayoría de los alumnos son niños menores de 12 años.
Si el Karate atrae naturalmente a los niños, las estrategias de marketing de nuestras asociaciones deben adaptarse en esa dirección.
“La fidelización consiste en el conjunto de acciones de marketing orientadas a mantener a los clientes existentes, creando el mayor grado posible de satisfacción y vínculo con la marca.”
En el caso del Karate, fidelizar a los pequeños practicantes significa lograr que amen lo que hacen en el tatami, pero también implica involucrar a los padres y abuelos, quienes deciden, inscriben, pagan y apoyan.
A continuación, encontrarás 5 ideas prácticas para fortalecer el vínculo entre los niños, las familias y tu dojo.
El proceso de fidelización comienza con los padres. Crear una newsletter periódica con las direcciones de correo electrónico de las familias no es difícil, pero requiere constancia.
Pasos clave:
Herramientas recomendadas: Mailchimp, GetResponse, Aweber, Icontact.
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Una actividad que fortalece el vínculo familiar y promueve la empatía hacia la práctica.
Ejemplo de anuncio:
“Sábado 11 de mayo, Dojo XXXXX: clase abierta para padres junto a sus hijos. ¡Los niños enseñarán Karate a sus padres!”
Durante la clase:
Resultado: los padres viven el Karate desde dentro y valoran más el esfuerzo de sus hijos.
Convierte el dojo en una sala de cine marcial.
Solo necesitas un proyector, una pared blanca y una película inspiradora (de artes marciales o animada).
Después de la proyección, ofrece una merienda o refrigerio saludable.
Puedes combinarlo con una clase ligera o juegos temáticos.
Más que una estrategia de captación, es una experiencia de orgullo y pertenencia.
Diseña una invitación atractiva para que los niños inviten a un compañero de escuela a entrenar una semana gratis.
Organiza las clases en parejas: el alumno habitual y su invitado.
Así, el pequeño karateka se convierte en sempai por un día, reforzando su compromiso con la práctica y compartiendo su pasión.
Organiza una jornada completa de Karate, especialmente en vacaciones o fines de semana largos.
El programa puede incluir mini clases de 45 minutos con actividades variadas:
Invita a expertos de otras disciplinas y finaliza con un almuerzo japonés en el dojo, usando palillos, y un certificado de participación “One Day Karate” para cada niño.
Fidelizar a los niños en el Karate no solo fortalece tu dojo: crea una comunidad.
Cuida la comunicación con las familias, fomenta la diversión, y haz que el tatami sea un lugar donde los niños aprendan, se expresen y crezcan felices.