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La clave para planificar una temporada, es entender que el énfasis y los ejercicios son diferentes en cada una de sus fases. Por ejemplo: El ejercicio desempeñado justamente antes de una carrera importante, debe ser muy diferente al realizado al inicio de una temporada.
La manera más simple de manejar estas diferencias es dividir la temporada en periodos o fases y asociar cada una de ellas con metas y actividades específicas. El entrenamiento de una temporada está usualmente dividido en tres fases:
La pretemporada.
La temporada competitiva.
La post-temporada.
LA PRETEMPORADA.
El objetivo principal de la pretemporada es preparar a los atletas para las próximas competencias. Esta preparación incluye la preparación física, la preparación psicológica y el desarrollo de habilidades.
Para deportes en los que los atletas entrenan durante todo el año, la pretemporada es la fase más extensa del entrenamiento. Al principio de esta fase, el entrenamiento es general, pero llega a ser más específico a medida que se acerca la temporada competitiva.
La pretemporada algunas veces es dividida en dos subfases, una general y otra específica. Esta división ayuda a marcar cambios significativos en el énfasis del entrenamiento.
La subfase general de la pretemporada.
El trabajo que los atletas hacen en la subfase general de la pretemporada proporciona los cimientos para la temporada competitiva. Esta subfase se caracteriza por un alto volumen de entrenamiento, el cual usualmente se realiza a una intensidad baja. El entrenamiento físico es el enfoque más importante (el atleta enfatiza el desarrollo de habilidades físicas, técnicas y tácticas) aunque la preparación psicológica, también es parte del trabajo a desarrollar en esta subfase. Para deportes que se practican siguiendo programas que duran todo el año, la subfase general de la pretemporada es usualmente la más larga (puede durar de tres a cuatro meses.
La subfase específica de la pretemporada.
Esta subfase actúa como transición hacia la competencia y su meta principal es combinar los diversos tipos de entrenamiento. El volumen del entrenamiento físico permanece alto, pero los ejercicios se vuelven más específicos. A medida que se acerca la temporada competitiva, el trabajo técnico y táctico llega a ser más parecido al que se requiere en una competencia y la intensidad se acerca a la que se necesita durante las competencias.
Si un deporte requiere del desarrollo de muchas habilidades deportivas específicas, esta subfase será comparativamente larga. En la mayoría de los casos ésta es la subfase más larga, después de la subfase general.
LA TEMPORADA COMPETITIVA.
Esta temporada es la parte competitiva y su meta primordial es estabilizar el rendimiento de los atletas.
Una vez que las competencias empiezan, el programa de entrenamiento de los atletas debe incluir objetivos de entrenamiento y objetivos de competencia. La cantidad de tiempo que empleen en determinado tipo de entrenamiento, está directamente relacionada con la frecuencia y la importancia de las competencias. En algunos casos la temporada competitiva está a su vez subdividida en: subfase precompetitiva y la subfase competitiva principal.
La subfase precompetitiva.
Dentro de esta subfase las competencias son menos importantes que en la subfase competitiva principal. De hecho, los atletas usan estas competencias para afinar su entrenamiento y sondear qué tan preparados están realmente.
Esta subfase les da tiempo para perfeccionar y aplicar todas las habilidades desarrolladas durante la pretemporada en eventos competitivos. El desempeño puede ser un poco inconsistente durante este periodo, y la adaptación a las situaciones de competencia ocurre constantemente.
La subfase competitiva principal.
En esta subfase el énfasis está dirigido a los resultados: la meta es el máximo rendimiento. La intensidad de entrenamiento es alta, lo mismo que el esfuerzo y la tensión durante la competencia; el volumen de entrenamiento decrece, adecuándose a este nivel de intensidad.
Esta parte del entrenamiento de la temporada también se distingue por contar con lapsos cortos de descanso activo. En estos periodos, el enfoque principal está en recuperarse de la tensión de la competencia mientras se está activo. Estos descansos mejoran la capacidad de los atletas para desempeñar su máximo rendimiento.
LA POST-TEMPORADA.
La post-temporada, evidentemente, es posterior al periodo competitivo. En algunos deportes -la natación por ejemplo- esta fase puede durar solamente unas semanas.
La meta de esta fase es asegurar la consolidación y reestructuración funcional y morfológica. El enfoque está dirigido a las actividades físicas generales (los atletas pueden participar en actividades similares a las del deporte que practican, pero deben evitar la especialización). En esta fase los atletas aún se recuperan de la temporada competitiva, por lo que, tanto la intensidad como el volumen son bajos.
La intensidad del entrenamiento es baja; el volumen puede ser también bajo, después de todo, los atletas aún se están recuperando de la temporada.
Del Manual para el Entrenador Nivel 2 – SICCED
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