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La vida del trabajador asalariado o sarariiman en Japón es estresante: largas jornadas laborales, pocos días de vacaciones, presiones por la jerarquía de la sociedad vertical, etc. Todo este estrés hizo surgir el fenómeno de la muerte por estrés laboral o exceso de trabajo llamado karoshi. La muerte por estrés laboral o karoshi (過労死) es un peligro para la salud reconocido oficialmente por el Ministerio de Sanidad japonés desde 1987 y que consiste en el aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones de salud, como derrames cerebrales o ataques al corazón, debido a un exceso de trabajo y estrés laboral. Según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés, la muerte súbita de cualquier empleado que trabaja de media más de 65 horas a la semana durante más de un mes puede ser considerada como karoshi. karoshi El fenómeno del karoshi debe entenderse en un Japón que salió de la devastación de la Segunda Guerra Mundial en muy pocos años gracias al esfuerzo y el trabajo sin medida de todos esos asalariados. Se entendió la empresa como la familia: básicamente, el sarariiman se dedicaba en cuerpo y alma a su empresa y ésta, a cambio, le ofrecía trabajo de por vida, aumentos salariales y de rango según la antigüedad y otros beneficios (como vivienda pagada o posibilidad de llevar a sus hijos a ciertas escuelas e institutos de prestigio, por ejemplo). Así pues, si bien el primer caso conocido de karoshi fue reportado en 1969, cuando un empleado de una gran compañía de periódicos falleció de un ataque al corazón con tan sólo 29 años después de pasar semanas trabajando sin parar y sin apenas dormir, el fenómeno no recibió su nombre (y por lo tanto, cierta atención mediática) hasta 1978. Cuatro años después, Hosokawa, Tajiri y Uehara publicaron un libro titulado Karoshi y a partir de ahí el fenómeno se comenzó a comprender como un problema de salud pública creciente e importante, un problema que afectaba a toda la sociedad porque era producto de una manera de vivir y hacer las cosas. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, un 20% de los japoneses dedican más de 12 horas diarias a su trabajo, dejando de lado su vida personal y el fenómeno karoshi supone unas 10.000 muertes al año, una cifra poco clara, puesto que hay algunos casos que ni siquiera se reportan y es que muchas veces las familias callan por vergüenza o las empresas se hacen las despistadas para evitar responsabilidades. Eso sí, el karoshi supone un tercio de los suicidios anuales en Japón, suicidios que reciben el nombre de karoshisatsu (過労自殺), suicidios por estrés laboral. karaoshi Entre los síntomas del karoshi encontramos la adicción al trabajo y la ansiedad ante la imposibilidad de desconectar en días libres o vacaciones, además del sentimiento de culpabilidad cuando uno no acude a trabajar, así como problemas para dormir o dolores de estómago y de cabeza. Algunas empresas han comenzado a limitar o a prohibir totalmente el número de horas extras, además de intentar ofrecer soluciones para un mejor equilibrio de la vida personal y profesional, aunque en muchos casos todo queda en una simple acción que pocos siguen, porque lo cierto es que todavía está mal visto salir pronto del trabajo mientras el resto se queda. De ahí que haya surgido la figura del freeter ( フリーター), jóvenes que se niegan a entrar en este círculo vicioso del sarariiman y viven encadenando trabajos temporales, quizás sin tantos beneficios extra como los de un sarariiman, pero con muchísima más libertad y tiempo personal.
Laura del Portal Japonismo
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