Un lugar para el karate deportivo, karate de dojo, arbitraje, entrenadores, atletas, historia, filosofía, técnicas , tradiciones y educación física .
Pocos están dispuestos a dedicar tiempo a descubrir las respuestas por sí mismos, e Internet ha creado un entorno en el que parece posible obtener comprensión instantánea con tan sólo tocar un botón. Ahora se ofrecen lecciones a través de programas de entrenamiento online, y el método profesor-aprendiz de difundir el arte se está convirtiendo en una rareza. Añadamos a esto que pocos están dispuestos a asumir responsabilidad de sí mismos y salir por su propio pie. O bien alguien les lleva de la mano y hace todo por ellos, o encuentran una opción más fácil, o abandonan.
En el aprendizaje de artes marciales, nada llega rápidamente, y nada es fácil. Si piensas que sabes, probablemente no sabes. El karate sólo te devolverá en función de lo que estés dispuesto a sacrificar e invertir en él. Si sólo lo sigues de palabra, te tratará con desdén. ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para conseguir aquello que piensas que quieres?
Tengo un amigo que practica Sanchin 50 veces al día, y ha desarrollado gran habilidad en varias áreas diferentes. Todo el mundo queda impresionado por sus habilidades, pero nadie está dispuesto a someterse al entrenamiento que ha sido necesario para desarrollarlas.
La mayoría quiere aprender más, añadir más, intentar cosas nuevas, mirar fuera de su propio arte porque todavía no han descubierto las respuestas que quieren dentro de su propio sistema. Pocos están dispuestos a dedicarse a construir una base sólida y una comprensión de las verdades fundamentales de su tradición. Lo simple se considera básico, algo que quitarse de encima para poder empezar con la “verdadera materia”.
¿Cuántas veces estás dispuesto a enfrentarte al fracaso y levantarte para intentarlo de nuevo? ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a esperar por las habilidades que crees que necesitas? ¿Qué precio estás dispuesto a pagar? ¿Es la respuesta más fácil la correcta?
El viejo bushi decía: “Un viaje de mil millas empieza con un solo paso”.
El maestro de ‘kárate’ dice: “Soy demasiado perezoso para andar, mejor vas tú y ya me lo cuentas cuando vuelvas”.
Puede parecer que a este artículo le falta humildad. Soy bastante consciente de ello. Pero si algo de lo escrito aquí ha provocado disconformidad, o causado discrepancia, ¿por qué? ¿Por qué como karatekas continuamos poniendo excusas para nosotros mismos, o excusando a otras personas? ¿Por qué nos conformamos con un bajo nivel y la continua devaluación del arte? ¿Por qué permitimos que esas cosas no se corrijan y que el karate se degrade?
Autor: Garry Lever
Para comentar debe estar registrado.