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Seguro que todos tenemos una visión o autoimagen de nuestra actuación como monitores. El problema aparece cuando mi imagen está desenfocada o sesgada.
Quizás crea que soy un buen monitor porque grito a los atletas, les hago unos entrenamientos muy duros físicamente y porque gano muchos eventos. También puedo pensar que soy un buen monitor porque dejo a los niños y niñas hacer lo que más les guste, que sean ellos los que me pidan que desean hacer.
Pero, ¿cuántos perfiles de monitor existen? y ¿con qué perfil me identifico?
Podemos diferenciar tres estilos o perfiles de monitor:
Autoritario y centrado en el resultado
Toma todas las decisiones de la programación y de la sesión de aprendizaje.
Es incapaz de admitir un error en sus decisiones.
No favorece el diálogo y la comunicación con el equipo.
Sus comentarios son en negativo sin aportar ninguna visión constructiva.
Cree que él tiene “la verdad” sin escuchar ningún comentario de sus jugadores, ni reflexionar sobre sus errores.
Tiene un gran control del grupo de jugadores.
Se centra en aquellos jugadores con una mayor habilidad en el juego.
Potencia la perdida de la autoconfianza en muchos de sus jugadores, los cuales acabaran abandonando el deporte.
Busca ser campeón y se centra en la victoria por encima de cualquier otra cosa.
Permisivo y despreocupado
No toma ninguna decisión. Espera que alguien (por ejemplo el coordinador deportivo) le indique lo que debe hacer.
No tiene objetivos o son poco definidos.
Confunde educar con entretener.
Deja siempre que sean sus jugadores quienes “hagan el entrenamiento” a su gusto.
No tiene, ni quiere, tener ningún control del grupo.
No informa de los progresos de sus jugadores.
Tiene la idea de que lo importante es que los deportita se diviertan, no que aprendan.
En los deportes colectivos, el permanente “partidillo” en sus sesiones suele ser su principal instrumento didáctico.
Educativo y comprometido
Tiene una programación deportiva, pero es capaz de adaptarla según las características de sus jugadores. Comparte muchas decisiones con sus jugadores.
Es amable y se preocupa por los temas extradeportivos que puedan preocupar a sus jugadores (escuela, familia, etc.)
Informa de los progresos en el aprendizaje de sus jugadores, de forma positiva y en caso de errores los comentarios son constructivos y no destructivos.
Da autonomía y a la vez responsabilidades a sus jugadores. Escucha a sus jugadores y les presta atención; es empático.
Es coherente con lo que dice y hace.
Se preocupa en formarse como monitor asistiendo a cursos y conferencias con expertos.
Cree que el deporte es un instrumento para la forma- ción de sus jugadores y no un fin en sí mismo; no trata de conseguir campeones sino buenos ciudadanos. Fomenta el desarrollo de valores cívicos entre sus jugadores, entre otros, la no discriminación, el respecto, la no violencia y el no racismo.
Aunque será difícil que reunamos todas las características de un determinado estilo o perfil de monitor, preferiremos, siempre, un estilo de tipo educativo al permisivo o al autoritario, ya que está en la línea de la orientación formativa que debería primar en el deporte escolar. Ya hemos comentado anteriormente que un monitor en el deporte esco- lar es, sobretodo, un educador más que un entrenador.
Fuente: GUÍA PARA EL MONITOR O MONITORA EN EL DEPORTE ESCOLAR
Maria Prat Grau Carles Ventura i Vall.llovera
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