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El hidari gomon es un símbolo de la buena voluntad de los Uchinanchu (gente de Ryukyu) para perseverar frente a la dificultad extrema, y proviene de un incidente que sucedió hace casi cuatrocientos años.
Cuando los samurai del Clan Satsuma derrotaron al ejército del Reino Ryukyu en abril de 1609, aquello marcó el fin de una nación que había dominado los mares y establecido importantes rutas de comercio por todo el sudeste de Asia. Como castigo por no ayudar a Japón en su plan para invadir China algunos años antes, Ryukyu pagaba entonces el precio, como también pagaría caro la invasión del Pacífico de Japón cuatro siglos más tarde.
Aún enfrentándose a tan prolongada adversidad los okinawenses han conseguido aferrarse a gran parte de su patrimonio, lo cual puede observarse en muchos lugares alrededor de las islas. Música, danza, textiles, y comida, son cosas que se encuentran entre los tesoros únicos que esperan a ser descubiertos por aquellos dispuestos a hacer el viaje, y hoy en día es tan probable que te cruces con un extranjero en Kokusai-dori que se encuentra allí por el buceo, como encontrar a un compañero karate-ka.
Cuando un grupo de okinawenses leales al Rey Sho Nei organizó una rebelión contra los japoneses y fueron derrotados, fueron sentenciados a muerte. Típico de la crueldad de los samurai de Satsuma, no iba a ser una ejecución rápida. No se ofrecería ni un ápice de dignidad a los okinawenses que fracasaron en su intento de reinstaurar a su rey. En lugar de ello, la muerte llegaría de forma dolorosa: ¡Hervidos con vida!
Los cuerpos flotando en el agua hirviendo están capturados en las comas giratorias del hidari gomon (no confundir con el símbolo “mitsu domae” japonés), y ha llegado a representar el valor y la tenacidad de aquellos individuos que actuaron contra la injusticia y se enfrentaron a las consecuencias con dignidad. Como practicantes de Karate y/o Kobudookinawense, a todos nos corresponde tener al menos el valor para alzarnos en defensa de aquello en lo que creemos, y no aceptar los intereses deportivos y comerciales que han invadido las artes marciales okinawenses desde que las organizaciones multinacionales japonesas empezaron a venderlas al resto del mundo.
Quizá ahora sea tan buen momento como cualquier otro para alzarse en favor de nuestras creencias, en lugar de avanzar pesada y ciegamente detrás de aquellos ¡que continuarían guiándote hacia ninguna parte!
Fuente:
“Hidari Gomon…Standing Up For What You Believe In”
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Michael Clarke]
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