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En la enseñanza, en cualquier enseñanza, hay alumnos y hay maestros. De lo que se trata es de que el maestro transmita sus conocimientos al alumno, y con cuanta mas eficacia lo haga, mejor maestro será.
Para enseñar, un monitor o entrenador debe de reunir dos condiciones:
La primera parte, el conocimiento de la materia, viene dado por el nivel técnico y por el conocimiento deportivo. Por eso se requiere para ser Monitor o entrenador un determinado grado (Marrón o Negro), expresión del nivel técnico, y un título de Arbitraje, que avala un conocimiento deportivo. De ninguna manera se puede descuidar ninguna de las dos vertientes, ya que una deficiencia de nivel técnico o conocimiento deportivo, aunque se sea un buen transmisor, nos llevará a un momento en el que no tengamos mas conocimientos que aportar, o a cometer errores técnicos que hagan fracasar a nuestros alumnos. De la misma forma, a pesar de tener un alto nivel técnico, si no sabemos comunicar estos conocimientos o no sabemos dirigir y orientar a nuestros alumnos en sus inquietudes, estos fracasaran en alguna de las múltiples facetas que caracterizan el aprendizaje: se aburrirán, no se motivarán, tendrán lagunas, etc.
A la ciencia que estudia la transmisión de los conocimientos se la denomina Didáctica o Metodología de la enseñanza.
Antes de entrar en los diversos aspectos que configuran la Didáctica de las Artes Marciales, vamos a tratar de crear el entorno, un pequeño escenario donde se va a desarrollar esta enseñanza.
El Karate ¿es un Arte Marcial?, ¿es un Deporte?, ¿cuál es la diferencia?.
Por su origen, sus connotaciones filosóficas, sus técnicas, etc., el Karate-Do es un Arte Marcial. Esto quiere decir que es un Arte de guerra, en cuanto esta compuesto de técnicas de defensa y ataque, pero arrastra un fuerte bagaje filosófico, más próximo a un Arte de Paz. Con la enorme expansión de este Arte Marcial, propiciado por Gichin Funakoshi y posteriormente por su alumno Mashatoshi Nakayama, a llegado a occidente, donde la mentalidad es diferente, y es muy difícil su arraigo en la forma tradicional.
Por este motivo, en los diferentes países donde ha prendido esta llama, en la mayoría de los casos, si bien sin perder parte de su contenido filosófico, se ha decantado por la práctica deportiva.
Pero ¿cómo se puede convertir en un Deporte, un Juego, una disciplina basada en Artes de Lucha?. Muy sencillo, estableciendo una Reglas de Juego, o Reglamentos Deportivos, eliminando las técnicas excesivamente peligrosas, adecuando las protecciones para salvaguardar la integridad física de los Deportistas, etc.
De este modo, hemos conseguido un Deporte, apto para ser practicado por todos, niños y mayores, hombres y mujeres, basado en un Arte Marcial, del cual debemos conservar las raíces, si no queremos que este Deporte degenere, y al final no seamos capaces de reconocerlo.
Deporte y Espectáculo
La práctica de cualquier Deporte está ligada siempre al número de personas integradas en el mismo. Si solamente existe el aspecto Deportivo, estaremos ante un Deporte minoritario, con las desventajas que ello conlleva. Siempre es deseable que el Deporte que nos gusta sea objeto de la atención del público, de los medios de comunicación, etc. Pero esto no es posible si no cuidamos un aspecto de Deporte muy importante: el Espectáculo. Este es el escaparate donde enseñamos a los demás algo que creemos que es bueno, donde tratamos de convencerles para que ellos también participen, y, por otra parte, es el crisol donde se forja muchas veces el perfil de un Campeón, que encuentra la motivación para superarse en el apoyo del público.
Por todo esto, no debemos descuidar el aspecto deportivo del espectáculo, fomentando la participación, tanto de los deportistas como del público. Siempre que trabajemos para el Deporte o el Espectáculo, estaremos trabajando para nosotros mismos.
El objetivo de una buena enseñanza debe de ser mejorar el rendimiento de la misma. Esto tiene diferentes aspectos, deportivo, económico, humano, etc.
Premisas
Existen una serie de premisas para mejorar el rendimiento, algunas de las cuales vamos a reflejar a continuación:
Condiciones de la Enseñanza
Algunas de las condiciones que debe de reunir una buena enseñanza son las siguientes:
Tipos de enseñanza
Vamos a exponer brevemente los tipos de enseñanza que podemos aplicar en el gimnasio, si bien la mayoría de las veces no utilizaremos uno puro, sino una mezcla de ellos:
Evidentemente, parece que el tercer tipo es el mejor, pero hay determinados aspectos del Karate que requieren el uso de los otros dos. Como ejemplo podemos poner la enseñanza imitativa en niños pequeños, etc.
La Clase
La clase o sesión de entrenamiento es la unidad de tiempo que dedicamos a la enseñanza. La duración de esta unidad de tiempo puede oscilar entre una hora y hora y media, y su periodicidad será de dos o tres veces a la semana.
Normalmente, podemos separar las clases por edades (clases de niños, clases de adultos), pero casi nunca podremos hacerlo por grados o niveles. De este modo, nos encontramos con una dificultad añadida, una clase multinivel. Lo que debemos hacer es adecuar el tipo de enseñanza a la media de nivel que tengamos en clase, sin desatender por ello a los extremos. En determinados apartados de la clase podemos incidir mas en los cinturones altos, en otros en los bajos, etc.
Una clase o sesión de entrenamiento debe de estar dividida en diferentes partes, que pueden ser:
Esto es un ejemplo en el cual se pueden variar algunas partes, incrementando o disminuyendo su duración, haciendo hincapié en aquellas que necesitemos más en función de los objetivos trazados para esa determinada sesión de entrenamiento.
Un buen entrenador es aquel que consigue unos buenos resultados en cuanto al rendimiento de los alumnos. Hay que tener en cuenta que al hablar de rendimiento, no nos referimos solamente a logros deportivos, sino a satisfacción personal, crecimiento humano, salud, calidad de vida, persistencia, etc.
Para llegar a esto hay que entender que los dos pilares de la enseñanza son el nivel técnico y la metodología de la enseñanza, y que uno sin el otro son la mejor garantía para el fracaso.
Si bien en las Artes Marciales nos encontramos con dificultades añadidas como las clases multinivel, etc. , disponemos de herramientas, como son los cinturones, que nos pueden servir como estímulos, como medida del avance de los alumnos y como control del nivel de la clase.
Por último, un breve vistazo al entorno en el que nos movemos en el aspecto legal y deportivo.
Todos los títulos y cinturones son credenciales de régimen interno, tan válidos en nuestra organización y para nuestra organización como en cualquier otra federación deportiva. Esto es algo que debemos transmitir al alumnado, para evitar su inquietud y los malos entendidos. Hay países donde se han establecido titulaciones oficiales, otorgadas por el estado, y otros en los que los títulos de todo tipo (cinturones, títulos de arbitraje, monitores, etc.), son otorgados por las federaciones o por otras organizaciones. Todos estos títulos y cinturones son credenciales de régimen interno, tanto en unas como en otras.
La Licencia deportiva de nuestra organización nos provee de un seguro deportivo y nos integra en la misma, de manera que nos ofrece una serie de oportunidades tanto deportivas como de otro tipo (cursos, títulos, etc.). A cambio, debemos aportar nuestro grano de arena a la Organización, en la medida de nuestra situación: fomentar la participación en los diversos estamentos (deportivo, arbitral, etc.), hacer un uso racional del seguro, mejorar la faceta del espectáculo, etc.
Y, para acabar, que la cualidad de un buen maestro es caminar, como por el filo de una navaja, por ese difícil equilibrio que existe entre la autoridad y la confianza con los alumnos. Una vez que se logra esto, sin olvidar todo lo anterior, estaremos, sin duda, en el buen camino.
Autor: Jaime Santa María Bilbao
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