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Cuentan que cuando Buda murió, todos los dioses se reunieron para mostrarle sus respetos. Bueno, no creo que esto ocurra en las artes marciales.
El Budo está herido de muerte.
Las tradición de las artes marciales se ha convertido en algo residual, propio de inadaptados sociales que buscan alternativas al consumo y la satisfacción inmediata.
Es un hobby, un pasatiempo que, en ocasiones, da para pensar y para tener un “profunda” charla filosófica en la mesa de un bar, pero sin trascendencia ni correlación con la vida real.
La sociedad está en crisis, crisis económica, de valores, de intelectuales, de eruditos… La gente gris y mediocre son elevados a altares y convertidos en modelos a seguir. Esto no es de ahora, viene desde los ’90 o ¿ya se ha olvidado que Mario Conde, hoy vituperado, fué ejemplo e imagen de triunfador?
Con respecto al Budo, estoy realmente cansado de leer comentarios y tesis que nada tienen que ver con el entrenamiento, el estudio, la práctica de las artes marciales tal y como se entendían hace escasamente 20 años.
Se buscan las tendencias de moda, lo “trend”, lo “cool”, muchos se desgarran las vestiduras ante la decisión del COI de no incluir el Karate como deporte olímpico y utilizan la demagogia barata para justificarla sin la más mínima autocrítica, cuando la pregunta debería ser: ¿Es un deporte olímpico?, en caso afirmativo ¿Cuál de todas las escuelas, estilos, subestilos y ramificaciones, o acaso solo es Karate el inscrito en la Federación? Esa afirmación es totalmente incoherente, toda vez que incluso la Federación admite la división en escuelas y tendencias.
Cada vez hay menos Maestros que tengan algo que enseñar, por contra cada vez más aparecen nuevos entrenadores físicos, con planteamientos totalmente alejados de los originales. No estoy en contra de la evolución, ni siquiera de la revolución, incluso soy el primero en plantear que el Budo debe adaptarse a los nuevos tiempos eliminando creencias que han sido superadas hace años, pero eso no significa que haya que perder todo, las tradiciones (todas) tienen una parte buena y es el conocimiento acumulado a través de la experiencia directa a través de los años.
Muchas de esas experiencias (todas, quizás) tienen una respuesta científica y racional, habrá que darla en lugar de despreciarla soberanamente.
Cada vez hay más instructores vacuos, con estilos de lucha o como se le quiera llamar, totalmente vacíos de contenido y llenos de banalidades y sin sentidos. ¿Qué sentido tiene la “Defensa personal” en todas sus variantes? Las artes marciales son métodos de lucha y, por tanto, implícitamente sistemas de defensa personal no importa quien y como lo aplique.
Un arte marcial (en el sentido literal del término) es el Tiro con Grueso Calibre, deporte olímpico por más señas y con su Federación adscrita al Consejo Superior de Deportes, me refiero al tiro con armas de fuego en lenguaje llano. Esta modalidad, que utiliza revólveres, pistolas, etc… es práctica de ejércitos, cuerpos policiales y de seguridad privada, ciudadanos de a pie (en unos paises libremente y en otros como actividad deportiva regulada por la Federación correspondiente), existe una variante llamada “Tiro de Defensa Personal” que difiere del popularmente conocido como “Tiro al Blanco”, sin embargo un Instructor de Tiro, lo es en todas sus modalidades y no hay demasiadas diferencias en sus métodos didácticos y de entrenamiento. Entonces…. ¿Por qué esa distinción en el Budo?
La respuesta es muy sencilla: Es negocio.
Si se analizan con criterios rigurosos esos sistemas de “Defensa… X” se encuentran técnicas tomadas de otras artes marciales, Judo, Karate, Aikido, Okinawa Kobudo…, y como por casualidad, sus instructores son (en el mejor de los casos) mediocres judoka, karateka, akidoka…. y sin embargo se vende…
Cada vez salen nuevas escuelas y estilos que no resisten el más mínimo análisis en profundidad, ni en el fondo ni en la forma, ni en las técnicas ni en sus principios fundamentales, la pregunta es: ¿Hay alguna diferencia entre esa “nueva” escuela o estilo y otro ya creado?
La mayoría de las veces es solo una cuestión de Ego, no es fácil alcanzar la Maestría en nada, ni en las artes marciales, ni en la escritura, ni en la arquitectura, ni en la medicina… en nada, sin embargo aquí nos encontramos con que, en algunos casos, basta un cursillito, unas clases básicas y ya se es Maestro. Basta con crear una Asociación Cultural, buscar un nombre y autoproclamarse Gran Maestro…
No nos damos cuenta, o quizás sí, pero esto es lo que está matando al Budo y relegando a la marginalidad a los verdaderos Maestros, que los hay y no solo orientales…
Autor: El cuervo (Karasu 烏) es Cayetano A. Sanchez
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