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A partir de la batalla de Sekigahara en el año 1602, se proclamó vencedor el Shogun de mayor relevancia en la historia de Japón, Tokugawa Ieyasu, estableciendo así su gobierno central en la ciudad de Edo, posteriormente conocido como ciudad del norte o Tokio. El principal legado de Tokugawa Ieyasu fue la creación de un sistema rígido de separación de clases definido por sus nuevas leyes.
Estas leyes definían la moralidad entre la vida pública y la privada, penalizando a todo aquel trasgresor. Esta moralidad se basaba en las formas de comportamiento público entre señor y subordinado, y privado entre padre e hijo. Se utilizaba un sistema piramidal de jerarquía de clases en orden descendente.
El mayor crimen que se podía cometer era el de violar la relación señor-subordinado, Tokugawa Ieyasu expresó:
Bajo esta base, el clan Tokugawa basó su sistema jerárquico y de control.
El gobierno emitía leyes de vez en cuando donde proclamaban las relaciones y funciones del cuerpo político nacional, las posiciones jerárquicas (leyes de 1615), la corte imperial, las familias aristocráticas, las familias militares, religiosas y las familias campesinas y plebeyas.
La pirámide jerárquica seria la siguiente lista en orden descendente:
Clase militar (Buke)
Ordenes religiosas
Clase Plebeya (Heimin)
El período Tokugawa y del shogunato era como ya hemos visto de una fuerte tradición militar y soberanista. Este shogunato que trajo la paz a Japón, gracias a sus fuertes restricciones y como veremos más adelante, por su implacable control a los Daimyo, duró casi 300 años (1602-1868), hasta el inicio de la era Meiji.
Fuente original: http://www.tjvilanovafiguras.blogspot.com
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