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Alguna persona cuando adoptan una postura o posición, permanecen de tal forma que parece que llevan todo el peso del mundo en su cuerpo. Aunque la tensión muscular de varios elementos es necesaria para adoptar una buena postura, el inexperto tensa la gran mayoría de los músculos de su cuerpo sin saber que si contrajera muchos menos de la mitad, lo estaría haciendo mejor. Como resultado de esto, en el combate parecen blancos estáticos, como lo puedan ser las estatuas. Uno se debe sentir relajado, ligero, movible, sin tensión, suelto. Si por el contrario estamos rígidos, forzados, estáticos, duros y tensos, cuando tengamos que golpear o defender, lo primero que nuestro cuerpo hace es relajarse para actuar, por lo que perdemos mucho tiempo y suele ser demasiado tarde cuando intentamos reaccionar. Se deben examinar todas las posturas , para que el estudiante aprenda a relajar y contraer única y exclusivamente los músculos y articulaciones que le sean necesarias, ni una más ni una menos. El sistema muscular debe estar entrenado hasta el límite de que los movimientos sean automáticos y los músculos que tengan que actuar se tensen, de la misma manera que los que se tengan que relajar se relajen, de forma automática.
No sólo una persona puede reaccionar o moverse de una forma más rápida, si está relajado, sino que también lo hará con mucho menos esfuerzo. Este es el verdadero motivo por el cual una persona entrenada y con conocimientos, es decir, un experto, puede entrenar varias horas seguidas sin llegar a cansarse o mejor dicho, a agotarse, pues trabaja con el mínimo esfuerzo, elimina los movimientos y la tensión innecesaria.
Existen dos tipos de músculos en cada movimiento. Los agonistas son los músculos que se contraen y los causantes de que se ejecute el movimiento. Los antagonistas son los músculos que se deben relajar para permitir a los agonistas realizar su trabajo sin oponer ningún tipo de fuerza. Por ejemplo, en una patada frontal (Mae Geri), los músculos de la parte frontal o delantera de la pierna se contraen para provocar el extensión de la rodilla y la acción del movimiento. Estos son los agonistas, los que trabajan. Pero para que esto se lleve a cabo de la manera correcta, los músculos de la parte trasera o posterior de la pierna y muslo se deben relajar, pues cuando éstos se contraen causan que la pierna se recoja o doble, flexionando la rodilla. Así pues, unos sirven para extensión y otros para la flexión. Es natural que si se busca el mejor efecto, no se tensen los músculos agonistas y antagonistas al mismo tiempo. Si así se hace, lo único que puede pasar es que se obtendrá más fatiga (si se trabaja en resistencia, ejem. 100 Mae Geri) o menos velocidad, si es esta cualidad la que buscamos.
No es necesario decir que una parte importantísima por no llamarla obligatoria, que hay que tensar, es aquella con la que se va a golpear, es decir puño, pie, antebrazo, etc., pues para desarrollar y generar potencia es tan importante como tensar y concentrar las caderas y el estómago.
Por medio de esto el cuerpo será una unidad sólida sólo en el instante del contacto, en lugar de ser varias partes sueltas y sin guía
Es por ello y de esta manera, que cuando se golpea a un blanco se debe tratar de proyectar todo el peso del cuerpo en ese golpe y no solamente golpear con la fuerza del brazo o la pierna, que es infinitamente menor que la del peso del cuerpo. Así pues, un luchador más ligero, si sabe aplicar toda su fuerza corporal en la superficie de su puño, podrá pegar mucho más fuerte que un karateka de mayor peso y envergadura. El secreto está en saber usar el potencial de uno mismo. Por este motivo, el peso del cuerpo debe moverse hacia el blanco en el momento justo del impacto con el objetivo. Por la misma razón, debemos aprender a mover la cadera y a aplicar su fuerza en todos los golpes y defensas que ejecutemos, dándonos ésta un mayor nivel de fuerza al realizar las técnicas.
El tensar el cuerpo, el Kime, debe ser una actitud y una fuerza tanto física como mental. Si nuestros pensamientos no están concentrados o enfocados junto a nuestra habilidad y fuerza física, la técnica no será todo lo potente y poderosa que pudiera ser. La debilidad mental, sea causada por el miedo, incertidumbre o simplemente carencia de la debida atención, pueden restar efectividad a cualquier técnica, de la misma manera que lo puede hacer una ejecución errónea del movimiento.
Los principiantes deben fijarse en los expertos y aprender de ellos qué músculos son necesarios y cuales no lo son; el entrenar conociendo esto es un modo de hacer más corto el camino hacia el progreso en las Artes Marciales.
Fuentes: CURSO DE KARATE FACDEF ’09
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