Un lugar para el karate deportivo, karate de dojo, arbitraje, entrenadores, atletas, historia, filosofía, técnicas , tradiciones y educación física .
Es raro no encuentrarse a personas que quieran mejorar ciertos aspectos de su vida. Algunas tienen una motivación externa, ésta depende mucho de un reconocimiento social. Les hace tener una motivación muy elevada; aunque sólo sea por un tiempo determinado. Otras, en cambio, se sienten muy motivadas y disfrutan con el entrenamiento diario; su objetivo es mejorar sus propias marcas. De las dos, esta última es más deseable: perdura en el tiempo y te hace ser feliz con el deporte que practicas.
Porque cuando un alumno se siente motivado tiene objetivos, estos deben ser alcanzables pero con cierto grado de exigencia. Así que lo primero que debes hacer es fijarte objetivos a corto plazo -nunca debes enfocar toda tu energía hacía el objetivo final-. La meta última se consigue superando pequeños retos. El objetivo de rendimiento se basa en el intento constante, cuantos más intentos hagas y más estrictos seas con ellos más cerca estarás de obtener resultados. Empieza por fijarte un objetivo semanal: un número de sesiones que deberás cumplir a rajatabla, con todos sus ejercicios, series y repeticiones. Más adelante, la suma de diferentes objetivos semanales te aproximará a tu objetivo final.
Es probable que en alguna etapa no seas capaz de superar alguno de estos pequeños retos. Esto también es positivo porque del error aprenderás. Debes utilizar tus fallos como una técnica de aprendizaje, para volver a intentarlo con más fuerza y seguridad. En resumen, experimentar los dos tipos de motivación puede ser muy interesante, pero sentir una motivación interna te mantendrá motivado durante más tiempo y te ayudará lograr tus pequeños objetivos. De esta manera, no sólo conseguirás tus objetivos finales si no que, además, te divertirás y amarás tu deporte.
Autor; por Manel Martínez/ Men health