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Extracto del libro “La voie de la main nue” del Maestro Mabuni Ken-Ei y traducido por Deogracias Medina…
La práctica del karate nos permite alimentar nuestra fuerza física, marcial y mental, siguiendo esta práctica nos conducirá a adquirir una nueva sensación en nuestro aprendizaje, algo sin forma, una especie de riqueza nacida de la interacción de estas tres fuerzas. Poder sentir esta sensación es un placer y este placer es sinfín.
El mensaje de este texto es que mientras queramos triunfar sobre otros o ser mejores que otros, no será nuestro verdadero camino. Estar verdaderamente comprometidos en la búsqueda consiste encaminarse hacia un camino sin límites a fin de “progresar más que ayer, intentar progresar más lejos que hoy y así día tras día ir hacia delante, toda la vida”. Y es en este compromiso que reconocemos la imagen del hombre en una búsqueda verdadera, o la de un verdadero experto de artes marciales.
En la era Edo fue escrito un célebre libro cuyo título es “La disimulación en las hojas de los árboles” (pensamiento del samurái Yamamoto Jocho) escrito entre 1710 y 1716. El aprendizaje se renueva a lo largo de la vida. El sujeto que permanece en un nivel inferior incluso si sigue aprendiendo, será una nulidad; él mismo cree que su técnica es mala y es igualmente mala a la vista de los demás. Es un sujeto de menor interés. Y el sujeto que se para en el nivel medio es igualmente de una utilidad menor. Sin embargo, sabe preocuparse de su inferioridad técnica y percibe también la de otros. El sujeto que alcanza el nivel superior que presume de su propia habilidad, se regocija en alabanzas y lamenta la falta de técnica de los demás. Ese sujeto tiene una utilidad. El sujeto de rango superior de los superiores no dice nada y finge de no notar nada. Solo los otros reconocen la superioridad de su técnica. Y nada más. Por encima de ese rango, hay un rango aun superior, es aquel que no tiene superior por encima de él y se sitúa al final del camino. Cuando nos hemos comprometido en la búsqueda profunda de la vía, sepa que el viaje es interminable y no podrá detenerse a medio camino. Hay que saber que siempre hay un margen real de progreso. No piensen nunca en su vida que han alcanzado la meta. No presuma, pero tampoco tengan sentimiento de desprecio.
En materia de karate, diría que el verdadero practicante es el que se compromete verdaderamente en la búsqueda, se reconoce por sus ganas de practicar y no dejando que nada le impida hacerlo.
No nos entrenamos buscando un objetivo cualquiera; solo las ganas nos llevan a entrenarnos. Si no somos conducidos por el solo placer de entrenar nunca podremos seguir el camino que no tiene límite.
“Este placer sin fin en la práctica, es el amor sin límites por el karate, mi padre (Mabuni Ken-Wa) lo tenía y lo canto en verso en un “WAKA”:
“Toda cosa es devuelta al olvido. Teniendo solo un fin viendo la isla de las artes marciales, remar ¡ah! qué felicidad”
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