A menudo se traduce como “artes marciales” pero, como suele ocurrir en lengua japonesa, el concepto es mucho más amplio. Los kanjis que lo forman, 武道, significan guerrero y camino respectivamente. Es decir, la “vía del guerrero”. En japonés antiguo, el budo era un estilo de vida de las clases guerreras, que incluía el entrenamiento físico en los aspectos técnicos de combate al mismo nivel que la preparación psicológica para el mismo, y dentro de ésta, el control sobre el estado de ánimo así como el aprendizaje y adhesión a una ética, que en términos occidentales podríamos denominar, caballerosa. El estado de guerra permanente que padeció Japón durante siglos, llevó a desarrollar un código de comportamiento que evitara conflictos innecesarios y favoreciera la convivencia armónica en los escasos momentos de paz. Y en época de guerra, que ésta no excediera unos ciertos límites. Los principios del budo definían al verdadero samurái. Éstos se pueden resumir en estas virtudes básicas: -Rectitud: del dicho al hecho no puede haber la más mínima variación y la autoexigencia ha de ser máxima, cuando no absoluta. -Heroicidad: asumir felizmente el riesgo pero actuar con inteligencia para protegerse. -Compasión: aprovechar o incluso buscar la ocasión para ayudar a los demás, empleando las destrezas adquiridas en el entrenamiento. -Respeto: ofrecer y obtener respeto por el trato, nunca por la fuerza, ni mucho menos, por la crueldad. -Integridad: no comprometerse si no se va a cumplir absolutamente todo lo comprometido. La palabra dada ha de ser más fuerte que el combate más duro. -Honor: juzgarse a sí mismo constantemente. Autoexaminarse sobre el cumplimiento de estas virtudes. -Lealtad: asumir las consecuencias de palabras y acciones propias, así como ser fieles a aquellos con quienes se compromete. Históricamente podemos definir tres hitos en la historia contemporánea del Budo: en 1895 se crea la Dai Nihon Butokukai, primer organismo gubernamental regulador de las artes marciales que acredita a los maestros de cada disciplina, las protege y difunde culturalmente; en 1930 se establece el Registro Oficial de Artes Marciales, que recopila el número de docentes (más de 200), de cinturones negros (más de 3 millones) de las principales disciplinas; en 1977 nace la Asociación Japonesa del Budo, fundada por las nueve federaciones o asociaciones de artes marciales japonesas; y finalmente en 1987, se proclama la Constitución del Budo (Budo Kensho), que recoge los principios éticos comunes que han de imperar en todo artista marcial de las nueve disciplinas. Aún, en 2004 se creó una versión de la Budo Kensho para promover las artes marciales entre los más jóvenes. ¿Cuáles son estas nueve disciplinas y por qué? Son el Judo, Kendo, Kyudo, Sumo, Karatedo, Aikido, Shorinji Kempo, Naginata y Jukendo. Algunas de ellas, porque sus fundadores o grandes maestros estuvieron ya en la Dai Nihon Butokukai; otras, porque aunque conformadas en las décadas posteriores, reconocen que sus raíces se hunden en el espíritu del Budo y desean preservarlo.
Para comentar debe estar registrado.