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¿Ha pensado alguna vez en utilizar un modelo de marketing teórico para su clase de kárate? ¡Sigue el acrónimo AIDA y verás que serán lecciones explosivas!
Veamos cómo un modelo teórico publicitario puede ayudarnos a desarrollar una lección de karate (y otras) más interesante.
¿Se aburre a menudo durante una clase, le resulta difícil construir una sesión de entrenamiento interesante seguida por sus alumnos? Intentemos resolverlo con esta teoría del marketing aplicada al kárate.
AIDA es un modelo teórico sobre el funcionamiento de la publicidad. Es un acrónimo que resume los cuatro puntos fundamentales que debe abordar un producto publicitario para ser eficaz:
Atención,
Interés,
Deseo,
Acción.
De las siglas AIDA se desprende el acrónimo.
Atención o conciencia. Me parece obvio que captar la atención del oyente de tus lecciones es un elemento clave. Dada la cantidad cada vez mayor de estímulos a los que está sometida la gente, y los adolescentes y los niños aún más, es necesario captar su atención.
Piense en los 300 a 3000 estímulos (anuncios) a los que estamos sometidos diariamente.
A la defensiva, nuestro cerebro filtra y percibe sólo algunas de ellas. Y de los que se perciben, sólo una pequeña parte consigue influir en nosotros.
Por lo tanto, si nuestros mensajes, que pueden no ser publicitarios, sino cognitivos y motrices no son estimulantes, son filtrados cada vez más por el sistema de defensa.
Si bien es cierto que cada vez es más difícil captar la atención de los ultraestimulados, también lo es que los estímulos adecuados pueden destacar en el mar de estímulos digitales y virtuales.
Pongamos un ejemplo práctico: niños principiantes de 8 a 10 años.
Llega al gimnasio y haz que todos los alumnos se sienten, demuestra un kata en silencio religioso en el centro del tatami, o con un compañero realiza una serie de técnicas de kumite, bunkai o lo que quieras proponer.
¿Ha captado la atención?
Interés. Despertar el interés es el segundo paso para crear un entrenamiento interesante. Una vez que has captado la atención tienes que conseguir que la gente te escuche, tienes que conseguir que te sigan y tienes que insinuarte en la atención selectiva.
Hay que conseguir que el interés no sea inducido sino que surja del practicante, hay que entender cuáles son sus motivaciones y hacer que se interese por seguir para conseguir su objetivo.
Hay que hacer que lo que ha llamado la atención se vuelva interesante. ¿Quieres que los niños se conviertan en buenos defensores? ¿Quieres convertirte en el mejor luchando? ¿Quieres aprender la kata del maestro Funakoshi, transmitida durante más de cien años, donde se esconden los principios de la defensa del karate?
Deseo (Desire). Debo ser capaz de desencadenar el proceso de creación del deseo. A menudo este punto está ligado a la empatía, quien participe en tu lección tendrá que identificarse con tu modelo; una especie de proyección de su yo en tu figura de karateka experto.
Vinculado a la acción anterior, si soy una figura codiciada o si el ejecutante lo es, seguramente habré infundido el deseo de llegar a ser capaz de realizar esa técnica saltada, o de conocer ese significado secreto
Acción. Has conseguido captar su atención, está interesado en lo que le propones, quiere aprender para llegar a ser tan bueno como tú (o como sus compañeros), ¡ahora es el momento de la Acción!
¡Eso es entrenar!
Tienes que formarte si quieres llegar a ser tan bueno como yo y tener éxito en lo que te interesa.
Ahora debe tomar medidas para garantizar que lo que ha propuesto como modelo esté contenido en su lección.
A menudo proponemos modelos que luego no se tienen en cuenta en el entrenamiento. Tuve que aprender a defenderme y tengo 45′ de fundamentos. Confío en Sensei, me convenció de que puedo llegar a ser bueno defendiéndome, estoy trabajando en ello pero no veo la conexión….
El AIDA fue presentado por primera vez en el año 1898 por Elias St. Elmo Lewis, y más tarde, en la década de 1920, por E.K. Strong, antes de hacerse popular a partir de la década de 1960.
El modelo es, como todos los modelos de marketing, criticable y cuestionable y, sobre todo, hay otros nuevos que lo superan o lo flanquean. A menudo estos modelos se utilizan para entender por qué un anuncio o una promoción no ha funcionado. Por lo tanto, es más útil en la retrospectiva que en la planificación.
Puedes hacer lo mismo con tu lección:
Puedes analizar una de tus lecciones ineficaces y averiguar en qué puntos de los explicados anteriormente fuiste deficiente.
Acción-karate
Recientemente, Christian Betancur ha propuesto un proceso más completo: el modelo BAIFDASV, que comienza con la identificación de una Necesidad (una oportunidad o problema del cliente).
En nuestro caso, esta necesidad puede ser de distinta naturaleza: la necesidad de divertirse, de convertirse en un campeón, de saber defenderse, de conseguir un cinturón negro, de pertenecer a un grupo, de formarse, de sentirse bien con uno mismo…
En todos los casos, sería bueno conocer las necesidades de nuestros deportistas/aprendices/karatekas.
Después de la atención y el interés, debe surgir la confianza.
Confianza hacia el que enseña, confianza en uno mismo, confianza en la bondad de lo que tengo que hacer. Si no tengo confianza, no continuaré hacia el deseo y luego hacia la acción.
En este modelo modificado no he terminado mi tarea cuando recibo la acción, sino que tendré que verificar el trabajo realizado con dos pasos más:
Satisfacción de necesidades previamente identificadas y acordadas.
Quería hacer kárate para sentirme más seguro, después de lo que aprendí me siento más seguro.
Evaluación del usuario de todo el proceso.
¿La lección de hoy ha merecido la pena? ¿Ha satisfecho mis necesidades? ¿He satisfecho mis necesidades?
Si la evaluación es positiva, volverá motivado y recomendará a otros (fidelización del alumno).
La confianza es un elemento clave en el proceso y puede lograrse de varias maneras:
Imagen personal del Sensei y del Dojo.
Empatía con el alumno.
Profesionalidad (el grado de conocimiento que el alumno le atribuye).
Ética sin duda.
Compromiso durante la enseñanza y en hacer que el alumno se sienta considerado.
La confianza es el pegamento que une a la sociedad y fomenta las relaciones sólidas y de confianza entre las personas, entre los profesores y los alumnos y en las relaciones de un Dojo.
por Leonardo Marchi
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