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La actividad física es imprescindible para la salud en cualquier individuo, también en las mujeres. No obstante, un entrenamiento excesivo o mal planteado puede llegar a producir problemas de salud específicamente femeninos:
Amenorrea deportiva:
La amenorrea está asociada con bajos valores de grasa corporal, a pesar de que no está claramente establecido el mecanismo de esta relación, sí que está comprobado que el entrenamiento de resistencia disminuye la grasa corporal, lo que lleva a una reducción en la producción periférica de estrógenos. La amenorrea inducida por el ejercicio aparece en el 20 % de las mujeres deportistas, en comparación con una prevalencia del 5 % en la población general. En las corredoras, la prevalencia aumenta linealmente con el volumen de entrenamiento hasta alcanzar un 50 % en atletas que cubren más de 130 km/semana. No se observa este incremento lineal en nadadoras o ciclistas.
Anemia en la mujer deportista:
Aproximadamente un 25 % de la mujeres (y un 10% en hombres) de las sociedades desarrolladas tienen deficiencias de hierro, este porcentaje es mayor en la población deportista. En las mujeres, en la fase menstrual del ciclo se produce una pérdida de sangre, disminuyen los niveles de hemoglobina y se dificulta el transporte de oxígeno, y como consecuencia se produce una disminución del hierro en sangre. La deficiencia de hierro afecta al rendimiento en deportes de resistencia, ya que dificulta la entrega de oxígeno a las células de los músculos implicados en el ejercicio. Además, el hierro forma parte de las proteínas y enzimas que participan en los procesos metabólicos de obtención de energía. Y de ahí su importancia y los efectos negativos para la salud y el rendimiento de los deportistas de resistencia aeróbica, en especial en mujeres, por lo que se ha de tener especial atención a la detección de sus carencias y a la suplementación con carácter profiláctico. Las ingestas recomendadas para mujeres oscilan entre los 15 y 18 mg/día, bien en la dieta o con una suplementación en determinados momentos de la temporada (elevada carga, sesiones con excesivo calor, etc.).
CICLO MENSTRUAL Y ENTRENAMIENTO
Es importante destacar también que el deporte además produce efectos beneficiosos durante el ciclo menstrual. El ejercicos contribuye al aumento de la producción de endorfinas, que puede favorecer el alivio de los dolores propios del ciclo; por otro lado, las mujeres que practican deporte con asiduidad producen niveles más bajos de prostaglandinas, y esto ayuda a que los dolores y molestias de la fase premestrual sean menores o inexistentes.
Autor y fuente original: Cristina Azanza
Sportlife
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