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“El Sensei Kenwa Mabuni es mi amigo desde la infancia, es especialmente notorio por sus investigaciones en relación con el karate-do, lo que lo ubica como un especialista incomparable. Cuando vivíamos en Okinawa, el vivía en la región de Shuri, y yo en la región de Naha. Organizamos cada uno grupos, con la finalidad de motivar a los jóvenes adeptos, sin preocuparnos por la vida cotidiana, entendido así, nos rodeamos de un grupo numeroso de personas curiosas y adeptos.
Mi amigo el Sensei Kenwa Mabuni es una persona calmada y sincera, no consideraba la diferencia entre las diferentes escuelas, no disimulaba ni lo que no sabia, ni lo que ignoraba. No se dejaba limitar por la jerarquía de quienes eran adeptos o novatos.
Si desconocía alguna información no le molestaba preguntar modestamente, aun si se trataba de un novato. Una vez que había aprendido algo no lo guardaba para si mismo , tan pronto como era posible lo comentaba con el grupo de los que se interesaban en buscar.
Por su actitud abierta, sobresalió del mundo antiguo lleno de secretos, los documentos que logro adquirir le valieron un desarrollo considerable e increíble. Me parece que nadie sabe más que él en el mundo, con respecto de lo que es en realidad el karate-do, por ello le considero una persona única.
Cuando se realizaron los seminarios de demostración de las escuelas de Shuri y Naha, su actitud fue demostrar lo que él sabía, o aceptar las eventualidades criticas con la finalidad de mejorar los logros técnicos. Pero ¿Cómo se le habría podido criticar?. Con una determinación que implicaba su vida, se instaló hace algunos años en Osaka.
Poniendo un esfuerzo considerable para preparar jóvenes de distintos grupos, entre otros los de la universidad de Kansai. Pensó que su vocación final era la de contribuir en este camino en beneficio del arte del país y de la sociedad.
Afortunadamente sus enseñanzas se han esparcido ampliamente al oeste de Japón. Deseamos establecer comunicación para acercar el trabajo que realizamos , uno al este y el otro al oeste, con la finalidad de definir el camino del karate-do.
Esperando esto yo le mando un apretón de mano con mi espíritu.
Con apariencia de epílogo a su trabajo, adjunto estos pensamientos amistosos a mis recuerdos”.
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