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Ante una situación que ponga en peligro nuestra integridad física deberemos ante todo:
– Mantener la calma: Los nervios pueden hacernos perder la ventaja que nuestros conocimientos nos puedan dar sobre el presunto agresor.
– Evaluar la situación: No porque un individuo nos inspire temor a ser agredidos ha de ser necesariamente un agresor.
– Estar siempre alerta: Hay que anticiparse al agresor y para ello hemos de mantenernos siempre alerta.
Seguidamente, pasaremos a revisar los tipos más frecuentes de agresores, con objeto de familiarizarnos con sus procederes comunes y poder desarrollar una estrategia personal según el caso particular:
LADRON: actualmente, el delito más común es el robo con intimidación por armas o número de delincuentes. En este caso, lo primero es establecer la cantidad de los mismos ya que podemos ser lesionados por cómplices que actúen en el momento en que realicemos una acción defensiva.
Enfrentar a más de una persona sin tener experiencia de pelea no es nada aconsejable, así que se recomienda tratar de mantener la calma, hacer entrega de los bienes solicitados, no mirar fijamente los rostros (los delincuentes temen el reconocimiento) y no provocar al enojo o nerviosismo. O sea, tratar de concluir la situación lo antes posible y resultar ileso, dirigiéndose de inmediato a efectuar la correspondiente denuncia ante la Policía y tratando de aportar todos los datos posibles que se habrá tenido la precaución de tomar en cuenta: lugar, número de delincuentes, edades, armas, estatura, tipo y color de ropa, fisonomía dentro de lo posible, tatuajes y otras particularidades, etc.
Como se dijo antes, el tener una mente consciente del entorno y ser precavido quizás nos libre de ser víctimas de un robo, pero en caso contrario y habiendo decidido defendernos aplicando la fuerza, debemos tener en cuenta las reales capacidades de agresión del delincuente: dada la proximidad en la que generalmente se halla, puede afirmarse que alguien que empuñe un arma blanca, es mucho más peligroso que con una de fuego. Con esta, un poco de práctica permite un movimiento rápido para desviarla de nuestro cuerpo ya que la orden de disparar tarda más en llegar a la mente del ladrón, en cambio el arma blanca tiene infinidad de ángulos de ataque y el querer desviarla sólo nos puede causar lesiones graves ante alguien experimentado.
Por lo demás, no existiendo o habiendo neutralizado el uso de armas, queda por analizar el combate a mano vacía que puede tener infinitas posibilidades y ser comparable al que se verá en el siguiente apartado.
PELEADOR CALLEJERO:
Se puede afirmar que el haber sido elegido por este tipo de delincuente, es un gran problema ya que generalmente no persigue fines de robo, sino que se trata de personalidades con rasgos psicopáticos guiados por el deseo de hacernos daño (puede ser para «su» público), acostumbrados a soportar dolor, con gran repertorio de técnicas sucias y que difícilmente sean proclives a abandonar su postura mediante el diálogo.
Frente a este tipo de agresores, hay que estar muy atentos ya que como se dijo, suelen hallarse lejos de la ortodoxia combativa y es probable que inicien el ataque con un golpe de improviso.
-Recordar que en estos enfrentamientos no hay reglas por lo tanto todo vale a los efectos de ataque y defensa (como los golpes a los genitales), y no se debe mostrar mesura ya que el atacante no la tendrá;
-Se utilizan elementos del medio: palos, botellas, etc., y hasta se pueden usar paredes cercanas o el suelo, para empujar contra ellos la cabeza del rival;
-Hay que tratar de poner al oponente en el peor terreno: llevarlo hacia donde tenga pozos o piso desfavorable detrás; ubicarse uno a un nivel más alto; si es de noche, de espaldas a la luz (de manera que esta de en la cara del adversario), etc.
-Mantener la tranquilidad en lo posible, para no atacar a lo loco, sino en los puntos vitales que queden expuestos y con nuestras técnicas preferidas;
-Terminar la pelea lo más rápido posible, y retirarse del lugar de inmediato.
SUJETOS CON FACULTADES MENTALES ALTERADAS: pueden estar bajo los efectos de trastornos psiquiátricos o diferentes drogas. A los efectos de defensa y legales, debemos tratar de determinar rápidamente si su condición es de inferioridad física (alcohólicos), o lo contrario (cocainómanos), para actuar en consecuencia: en el primer caso intentaremos la reducción causando el mínimo daño posible, en el segundo el ataque debe ser a fondo por la elevada peligrosidad y resistencia física.
CONCLUSIONES
Llegados a este punto, ya deberíamos tener una idea de:
– En qué circunstancias y cómo es conveniente agredir a otra persona;
– Advertir que los ataques deben efectuarse en combinación de técnicas, es decir, no arrojo un golpe y me quedo esperando a ver qué pasa, sino que ataco en series de tres o más encadenados y de ser posible, a diferentes alturas.
– Tener en cuenta que se van a experimentar sensaciones corporales poco usuales:
– Golpear, está un tanto anticipado por el entrenamiento en la bolsa, aunque en la realidad, se va a pegar mucho menos pero con toda la potencia de que se disponga;
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