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La técnica de atrapar el pie está presente en el bagaje del Karate-do. A menudo olvidada, es sin duda un arma extremadamente eficaz.
Atrapar el pie del oponente en el karate okinawense es una estrategia de lucha de corto alcance muy simple pero efectiva.
Esta estrategia no es un secreto pero, como muchas técnicas no aptas para la competición, corre el riesgo de desaparecer del mundo de nuestro arte marcial.
El atrapamiento del pie del oponente, tiene un uso muy frecuente en aplicaciones de kata y bunkai. Consiste en atrapar el pie del adversario entre el propio y el suelo, con el objetivo de bloquearlo momentáneamente y desequilibrarlo/proyectarlo.
El principio de atrapar el pie está presente en varias artes marciales y deportes de combate. De hecho, no es raro verlo utilizado en la lucha libre, o en la UFC.
El objetivo de bloquear el pie del adversario es principalmente facilitar un ataque o una proyección controlada.
En el primer caso, la técnica se realiza un instante antes de golpear o empujar la parte superior del cuerpo del adversario (garganta o cara).
Esto hará que se retire. Pero al estar atrapado y, por tanto, no poder mover la pierna hacia atrás, nuestro oponente acabará con el culo en el suelo, o perderá momentáneamente el equilibrio.
Esto sucede porque para moverse hacia atrás es necesario mover primero el centro de gravedad. Pero si no mueves la pierna hacia atrás, el mismo cambio en el centro de gravedad hace que te caigas (al igual que cuando caminas hacia atrás tropiezas con un obstáculo), o que pierdas el equilibrio.
En ambos casos, el adversario se encuentra en una situación momentáneamente vulnerable. Esto se debe a que se crea un “momento de vacío” en su guardia y atención.
Un instante que aumenta las posibilidades de éxito de nuestro ataque inmediato.
En cambio, en el caso de una proyección controlada, atrapar el pie del adversario es muy útil para hacerle caer cerca de nosotros.
De este modo, podemos golpearle antes de que pueda alejarse, y así acabar con el combate lo antes posible.
Así es como un gesto aparentemente sencillo como éste puede dar grandes resultados. Máximo efecto con el mínimo esfuerzo. ¿No es éste uno de los objetivos de las artes marciales?
Contrariamente a lo que se puede escuchar de los practicantes inexpertos, esta técnica no sirve para romper el tobillo del adversario durante una proyección. Se necesita más que eso para romper un tobillo.
El tobillo es bastante flexible, sobre todo cuando se entrena, por lo que es muy poco probable que se lesione de esa manera.
Cualquiera que practique regularmente esta técnica durante los ejercicios de kumite, o durante las aplicaciones, puede confirmar fácilmente lo anterior.
Evidentemente, sólo se necesita una cosa para que esta técnica sea natural: horas de entrenamiento, repetición y estudio de los fundamentos, empezando por el estudio del simple paso adelante.
Hay que tener cuidado de no confundir esta técnica con la estimulación de los chibu nigakiree (puntos débiles / kyusho en lengua okinawense) situados en el dorso del pie.
Mientras que la técnica de atrapamiento se realiza utilizando el metatarso (Boshikyu) o los dedos del pie (en este caso “penetrando” en el dorso del pie del adversario – Kuminchun), para estimular los puntos de presión mencionados hay que utilizar una parte más “puntiaguda” del cuerpo: la punta del dedo gordo.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que para poder golpear estos puntos de presión no basta con haber tenido mucha práctica.
También hay que tener la posibilidad de golpearlos, posibilidad que sólo podemos tener en una acción de combate “más estática” (por ejemplo, ciertas fases de una lucha cuerpo a cuerpo).
Por lo tanto, en un contexto de defensa personal, en el que los contendientes probablemente lleven zapatos, ¡la estimulación de los puntos mencionados se vuelve casi imposible!
Sin embargo, es muy importante seguir estudiando y transmitiendo estos conocimientos. Aunque hay que recordar que el enfoque okinawense (de ahí el kárate) del estudio de los puntos de presión era y sigue siendo diferente de los enfoques chino (medicina tradicional, artes marciales) y japonés (jujutsu tradicional).
Al igual que el nombre utilizado para referirse a ellos: Dim mak (點脈) para los chinos, Kyusho (急所) para los japoneses y Chibu nigakiree (ちぶ にがきれー) para los okinawenses.
Aunque se trata de una técnica aparentemente sencilla, una vez más, no hay que improvisar ni intentar aprenderla a partir de este artículo, libros o vídeos diversos.
La falta de experiencia práctica, sobre todo de un profesor/instructor, puede provocar graves daños físicos.
Por EMANUEL GIORDANO
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